Las quejas de los vecinos han provocado el ingreso en prisión de una mujer de 25 años de Pensilvania. Los vecinos se quejaban de que mantenía relaciones sexuales demasiado ruidosas y ella misma se ha declarado culpable de los cargos de conducta desordenada.
Un juez del condado de York ha condenado a Amanda Warfel a una pena de cárcel de entre 45 y 90 días, algo que celebran los residentes de su mismo edificio ya que aseguran que dejarán de sentirse como si estuvieran en una película porno.
Tanya Saylor, una de las vecinas, ha contado, según recoge The Independent, que incluso le dio a su hijo de cinco años unos auriculares para que pudieran dormir. No tiene muy claro que su estancia en prisión sea tan efectiva como espera, pero no pierde la esperanza.