Algunos funcionarios del Gobierno reconocen que los servicios de inteligencia de la India alertaron el pasado día 4 del riesgo de atentados, aunque la información fue deliberadamente retenida.
Ello va a obligar a una compleja reestructuración de las fuerzas de seguridad del país, que siguen pendientes de nuevas amenazas tras la información aportada por el equipo del FBI desplazado a la isla y según la cual habría un complot en marcha para llevar a cabo otro atentado en Colombo.
De las investigaciones iniciadas el mismo domingo se desprende que el comando estuvo integrado por nueve terroristas, todos pertenecientes a las familias acomodadas. Uno de ellos estudió en el Reino Unido y realizó un posgrado en Australia.
El antiguo jefe de las Fuerzas Armadas cingaleses se mostraba convencido de que una masacre de tal envergadura requirió de al menos siete u ocho años de planificación.