El invento es colocar a los estudiantes cajas de cartón en la cabeza para bloquear su visión periférica y evitar las miradas al examen del compañero. El controvertido método sólo permite a los adolescentes mirar hacia delante, por dos agujeros recortados en el cartón, y hacia abajo, gracias a la abertura de la caja.
La foto de la clase llena de alumnos con las cabezas cubiertas con cajas de leche, de pequeños electrodomésticos, de detergente o de pañales, ha dado la vuelta al país y ha recibido opiniones de todo tipo.
Los padres de algunos de los estudiantes han acusado al profesor de Cívica y ética de humillar a sus alumnos y han pedido su dimisión. Otros en cambio le felicitaron por encontrar una manera efectiva de evitar las trampas. Los estudiantes en cuestión, dice en su defensa el profesor, aceptaron sin protestar el método anticopia.