Tras una batalla parlamentaria, los diputados franceses darán por fin luz verde al proyecto de ley que va a servir de marco para la reconstrucción de Notre Dame, aunque con las objeciones de la oposición.
El consenso político de hace unos meses sobre la necesidad de restaurar esta joya gótica ha durado poco y los retractores critican una cierta precipitación, así como una serie de derogaciones que permitirán saltarse algunas normativas actuales sobre patrimonio y urbanismo para avanzar rápido y cumplir el plazo de cinco años que ha fijado el presidente Macron, pero que parece alejarse.
También hay recelos sobre la manera en que se reconstruirá la aguja y si se hará con un estilo contemporáneo.
Aspectos que no precisa la ley que sí establece que se consultará a un comité científico y que un organismo público gestionará todas las donaciones, aunque de momento sólo un 10% de los 850 millones prometidos se han hecho efectivos.