Putin provoca la dimisión del Gobierno ruso al anunciar una reforma política
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha provocado la dimisión en pleno del Gobierno al anunciar una reforma política que otorgará mayores poderes al Parlamento y abre la operación sucesión en el Kremlin.
"A día de hoy, en nuestra sociedad hay una clara demanda de cambio", afirmó Putin durante su discurso anual sobre el estado de la nación.
Minutos después, el primer ministro, Dmitri Medvédev, el fiel escudero de Putin desde hace veinte años, anunciaba la dimisión del Gobierno en pleno, y el presidente presentaba seguidamente a un desconocido tecnócrata, Mijaíl Mishustin, como su sustituto.
MAYORES PODERES A LA DUMA
Después de 20 años en el Kremlin marcados especialmente en los últimos años por la involución democrática, Putin propuso introducir una serie de enmiendas a la Constitución que deberán ser validadas por los rusos en un referéndum.
Al dirigirse a ambas cámaras del Parlamento en el principal centro de exposiciones del país (Manezh, diseñado por el español Agustín de Betancourt), Putin propuso que a partir de ahora la Duma vote la candidatura del primer ministro, cuando hasta ahora se limitaba a dar el visto bueno.
Lo mismo ocurrirá con los viceministros y el resto de miembros del Ejecutivo, prerrogativa que la oposición comunista había demandado durante los últimos años ante el descrédito de la Cámara Baja entre la ciudadanía.
PODERES FÁCTICOS APOYAN LA REFORMA
La reforma política fue muy bien recibida tanto por los principales poderes del Estado, incluido la Duma o Cámara Baja y el Senado, como por los principales líderes políticos leales al Kremlin.
"Creo que el presidente tomó una decisión muy valiente al ceder al Parlamento parte de sus facultades", destacó Valentina Matviyenko, presidenta del Senado.
Mientras el presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, asentía en primera fila, la sala, que reunía a más de un millar de invitados, prorrumpió en un aplauso.
EL GOBIERNO DIMITE EN PLENO
Lo que pocos sabían era que minutos después de que terminara el discurso, el primer ministro, Dmitri Medvédev, anunciaría la renuncia del Ejecutivo al completo, que era muy impopular entre los rusos por la drástica caída del nivel de vida en los últimos años, pero que contaba con el pleno respaldo de Putin.
Medvédev consideró "correcto" que el actual Ejecutivo presente su renuncia teniendo en cuenta que los "cambios fundamentales en la Constitución de la Federación Rusa" modificarán "el equilibrio de poder" entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
La renuncia del primer ministro abre muchos interrogantes sobre el futuro del propio Putin, que debe abandonar el Kremlin en 2024, cuando expira su segundo mandato presidencial consecutivo de seis años cada uno.
COMIENZA LA OPERACIÓN SUCESIÓN
Los analistas ya habían especulado con la posibilidad de que Putin se planteara seguir en el poder al frente del Gobierno, opción factible, ya que los oficialistas controlan la Duma, que es quien aprobará la candidatura del primer ministro una vez sea refrendada la reforma constitucional.
Putin y Medvédev ya protagonizaron un enroque en 2008, cuando el segundo, entonces primer ministro, ascendió a la Presidencia y el primero asumió la jefatura del Gobierno.
Esa operación, duramente criticada por la oposición y las cancillerías occidentales, se repitió en 2012, cuando Putin regresó al Kremlin y Medvédev volvió a su antiguo puesto.
Una tercera vía sería la aparición de una nueva generación de líderes, que sería la que heredaría la nueva reordenación política ideada por Putin.
Por de pronto, Putin ya remitió hoy a la Duma la candidatura de Mijaíl Mishustin, el desconocido jefe del Servicio Federal de Impuestos, como primer ministro, asunto que será estudiado el jueves por la cámara baja del Parlamento ruso.
RUSIA, REPÚBLICA PRESIDENCIALISTA
Sea como sea, Putin defendió hoy en su discurso la vigencia del actual sistema presidencialista y se quedó corto a la hora de reformar la actual Constitución, promulgada en 1993 tras un grave enfrentamiento entre el entonces presidente, Boris Yeltsin, y el Parlamento, que fue bombardeado por el Ejército.
"Estoy convencido de que nuestro país con su enorme territorio...no puede desarrollarse con normalidad y, digo más, conservar su estabilidad como una república parlamentaria. Rusia debe seguir siendo una fuerte república presidencialista", dijo.
Además, insistió en que "el presidente, sin lugar a dudas, debe conservar el derecho de marcar los objetivos y prioridades de la acción del Gobierno...y también debe mantener el mando directo sobre las Fuerzas Armadas y todo el sistema de los órganos de seguridad".
Eso sí, se mostró de acuerdo con la propuesta de limitar a dos los mandatos presidenciales, como ocurre en Estados Unidos y otros países.
"No lo considero una cuestión vital, pero estoy de acuerdo con eso", adelantó, en alusión a la reforma del punto 3 del artículo 81 que reza: "Una misma persona no puede ejercer el cargo de Presidente de la Federación Rusa más de dos mandatos consecutivos".
La Constitución vigente únicamente obliga al presidente a dejar el cargo tras ejercer dos mandatos consecutivos, pero no le impide regresar al Kremlin posteriormente.
Putin tendrá 71 años cuando tenga que abandonar el Kremlin en 2024, pero hoy ningún analista se atreve a descartar que durante la próxima década siga dirigiendo los destinos de este país en primera línea o en la sombra.