El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, ha declarado la ley marcial, una medida drástica y poco común que transfiere el control del Estado a las autoridades militares. Este acto, anunciado en un mensaje televisado, ha desencadenado una crisis política y social en el país.
La última vez que se invocó la ley marcial en Corea del Sur fue en 1979, durante un periodo de golpes de Estado y dictaduras.
¿Qué implica la ley marcial?
La ley marcial es un mecanismo de gobernanza para situaciones extremas que suspende temporalmente la autoridad civil y transfiere el poder ejecutivo y judicial al mando militar.
Restricciones a derechos civiles: Se limitan libertades como la de reunión, manifestación y prensa. En el caso de Corea del Sur, las autoridades han anunciado que todas las protestas y actividades parlamentarias están prohibidas.
Control de los medios: La prensa está sometida a estricta vigilancia, y la difusión de "noticias falsas" o propaganda considerada subversiva puede ser castigada.
Poderes ampliados para las fuerzas armadas: Estas tienen la potestad de arrestar, registrar y detener sin necesidad de órdenes judiciales. Según el artículo 9 de la Ley Marcial surcoreana, estas acciones son justificadas en momentos de crisis.
Suspensión de actividades políticas: Todas las actividades de los partidos políticos quedan suspendidas, y el Parlamento no puede operar con normalidad.
El contexto detrás de la decisión
La declaración de Yoon llega tras la presión de la oposición. Desde que perdió la mayoría parlamentaria en las elecciones generales de abril, el gobierno de Yoon ha enfrentado constantes bloqueos legislativos por parte de la oposición, liderada por el Partido Democrático.
Yoon y su administración han estado implicados en diversos escándalos, incluyendo acusaciones contra la primera dama por aceptar regalos de lujo y manipulación de valores bursátiles.
La oposición que controla los presupuestos ha presentado unas cifras muy reducidas que afectan directamente a las prioridades del gobierno. Asimismo, han intentado desbancar a miembros importantes para el gobierno al acusarles de parcialidad en investigaciones críticas.
Frente a este panorama, Yoon justifica la ley marcial como una medida para "proteger la libertad y la democracia" de Corea del Sur, acusando a sus oponentes de ser pro-Corea del Norte y de amenazar el orden constitucional.
El futuro inmediato del país es incierto. Aunque la ley marcial está diseñada como una medida temporal, su duración depende de la resolución del conflicto político o de la capacidad del Parlamento para revocarla. Sin embargo, la barrera policial frente al Parlamento complica cualquier intento de los legisladores de revertir la situación.