El hundimiento del "Mosvká", el buque insignia de la Flota rusa del mar Negro, supone un duro revés para Rusia, que asegura que su pérdida se debió a un incendio accidental que provocó la detonación de sus municiones, mientras Ucrania sostiene que fue alcanzado por dos misiles de crucero.
Las versiones de Rusia y Ucrania
Según la versión del Ministerio de Defensa de Rusia, el "Moskvá" (Moscú) se fue a pique este jueves en medio de una tormenta cuando era remolcado a puerto, ya sin su tripulación, que había sido evacuada en otros navíos de la flota del mar Negro.
El mando militar de Ucrania asegura, a su vez, que los daños sufridos por el buque fueron provocados por el impacto este miércoles de dos misiles de crucero Neptun, de fabricación ucraniana.
La importancia del Moskva en la guerra
En cualquier caso, el hundimiento del "Moskvá", un crucero portamisiles, ha privado a Rusia de su buque con mayor capacidad de fuego que tenía emplazado en el mar Negro, y constituye su mayor pérdida material en lo que va de su campaña militar en Ucrania, ya que su valor se estimaba en 750 millones de dólares.
El armamento del buque incluía 16 misiles antibuques Vulkán y 64 misiles antiaéreo antiaéreos S-300F en ocho lanzaderas, además de artillería, torpedos y cargas de profundidad. El "Moskvá" está dotado asimismo de un helicóptero antisubmarino Ka-27.
La historia del buque ruso
Con 186,5 metros de eslora, 20,8 metros de manga y un desplazamiento de 11.490 toneladas, el buque, que desarrollaba un velocidad máxima de 30 nudos fue botado en 1979 y cuatro años más tarde entró en servicio en la Armada soviética con el nombre de "Slava" (gloria).
A bordo de él en 1989 el entonces presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, viajó a Malta para reunirse con su homólogo estadounidense George Bush padre.
En 1996, ya integrado en la Armada de Rusia, fue rebautizado como "Moskvá" y en su historial figuran misiones de apoyo en la guerra ruso-georgiana de 2008 y del contingente militar ruso desplegado en Siria.
El crucero portamisiles participó en la captura de la pequeña isla ucraniana Zmiiniy (de las serpientes) en el mar Negro el 24 de febrero pasado, el día en que Rusia lanzó su llamada "operación militar especial" en Ucrania
"¡Buque de guerra ruso, vete al carajo!", fue la respuesta que recibió el "Moskvá" a su exigencia de rendición de la guarnición del guardia fronterizo ucraniano Román Gríbov, quien junto con 12 compañeros fue capturado prisionero.
Más de un mes después los guardias fronterizos ucranianos, que varios días después de su captura se consideraban muertos, fueron canjeados por prisioneros rusos. Para entonces la frase pronunciada por Gríbov ya se había convertido en un lema en toda ucrania.
Dos días antes del hundimiento del "Moskvá", Correos de Ucrania puso en circulación un sello postal conmemorativo de la respuesta del guardia fronterizo a la exigencia de rendición.
La imagen del sello, a cuya presentación asistió Gríbov, muestra a un soldado de pie con un fusil automático que, con la diestra, enseña desde tierra a una "peineta" a un buque de guerra, que representa al "Moskvá"
"Duerme en paz, gran buque", escribió en su cuenta de Telegram, Mijaíl Razvozháyev, gobernador del puerto crimeo de Sebastopol, donde tenía su basa el buque insignia de la flota rusa del mar Negro. Agregó que lo "más importante" es que la tripulación fue evacuada.
"Para Sebastopol el crucero era un auténtico símbolo. Y desde luego todos hoy sentimos dolor", señaló el gobernador.