La izquierda dio la sorpresa este domingo y contra todo pronóstico ganó con mayoría relativa las elecciones legislativas en Francia. Por detrás del Nuevo Frente Popular quedó el bloque macronista, relegando a la ultraderecha de Marine Le Pen, al tercer lugar.
De los 577 escaños de la Cámara, el Nuevo Frente Popular (NFP) de socialistas, comunistas, ecologistas y La Francia Insumisa (LFI) de Mélenchon se queda con 182 escaños, más otros 13 independientes de izquierda.
El bloque macronista, formado por tres partidos, perdió su mayoría al quedarse en 168 diputados, con una notable caída respecto a los 250 que tenía, pero mucho menos dolorosa de lo que vaticinaba la primera vuelta, en la que quedaron por detrás de NFP y RN.
Y el tercer puesto fue para la extrema derecha de Le Pe, Agrupación Nacional (RN), favorita en los sondeos tras su victoria en la primera vuelta, pero que finalmente solo obtuvo143 escaños.
El conservador Los Republicanos (LR) se mantiene a pesar de algunas deserciones hacia el RN y logra 45 diputados, a los que podría añadir otros 15 independientes de derechas.
La participación histórica de los franceses en las elecciones de este domingo, en torno al 67 %, la mayor en varias décadas, el cordón sanitario al partido de Le Pen y las movilizaciones de los últimos días parecen haber frenado la llegada al poder de la ultraderecha.
Sin embargo, el complicado mapa político que dejan los resultados de este domingo anticipa una Asamblea Nacional enormemente dividida y sin mayorías claras, por lo que la gobernabilidad de Francia entra en una fase muy incierta, más aún en un país sin tradición de coaliciones ni alianzas.
Los posibles escenarios tras el vuelco electoral
La mayoría absoluta está en 289 escaños, una cifra solo alcanzable con pactos que ahora mismo se presentan como casi imposible ante el veto de los macronistas y los conservadores a LFI de Mélenchon, que tendrá más de 80 diputados dentro del bloque del Nuevo Frente Popular (NFP).
Por otro lado, si la izquierda quiere gobernar tendría que mirar hacia el centro para poder sacar adelante leyes con el apoyo de la derecha más liberal. Algo con lo que podría sentirse más cómo el Partido Socialista, pero no Francia Insumisa.
Macron y sus socios han mantenido hasta ahora el cordón sanitario a la extrema derecha de Le Pen, y en las últimas horas el secretario general del partido Renacimiento, Stéphane Séjourné, ha cerrado la puerta a que el NFP pueda gobernar en Francia, argumentando que ninguna coalición tiene mayoría en la Asamblea Nacional.
Con las dos principales fuerzas políticas enfrentadas, el bloqueo es el escenario más probable. Otra opción sería nombrar "un gobierno de expertos" no afiliados a partidos políticos, al que una mayoría en la Asamblea Nacional tendría que dar luz verde.
Ese hipotético gobierno tendría poco margen de maniobra y se ocuparía principalmente de los asuntos cotidianos, pero no podría implementar reformas profundas para el país.
En cualquier caso, lo que queda descartado es un gobierno de la extrema derecha. La única posibilidad que tiene RN es una surrealista suma con el macronismo, que no ocurrirá. La llegada al poder de la ultra Marine Le Pen tendrá que esperar.
La izquierda designará esta semana un primer ministro para gobernar sin Macron
Nuevo Frente Popular (NFP) va a designar esta semana a un candidato a primer ministro para que sea nombrado y gobierne con su propio programa y no en coalición con la mayoría saliente del presidente Macron.
"Esta semana tenemos que ser capaces de preparar una candidatura", subrayó este lunes el primer secretario del Partido Socialista (PS), Olivier Faure, que insistió en que Macron tiene que reconocer que "ha sido derrotado" en las elecciones legislativas del 30 de junio y el 7 de julio.
En una entrevista a la emisora France Info, Faure no quiso entrar a comentar quién podría ser primer ministro, más allá de excluir al líder de La Francia Insumisa (LFI), Jean-Luc Mélenchon, y de señalar que tendrá que "ser capaz de dialogar con el exterior" porque habrá que "ampliar" la mayoría relativa del NFP.
El diputado de LFI Manuel Bompard, que es uno de los lugartenientes de Mélenchon, insistió en que en la votación de este domingo hay "perdedores" que son "el macronismo y la Agrupación Nacional" (RN) de Marine Le Pen, mientra que el NFP "es la primera formación política de la Asamblea Nacional, la que debe gobernar".
En otra entrevista al canal Frence 2, Bombard confirmó que van a continuar las discusiones entre las formaciones de la coalición de izquierdas que propondrán "un método y un nombre" de primer ministro para que se aplique su programa porque "tenemos que respetar la palabra que hemos dado a los electores".
A la cuestión de cómo pondrán en marcha ese programa sin tener una mayoría para aprobarla en el Parlamento, el diputado de LFI recordó que el Gobierno saliente de Macron tampoco tenía mayoría absoluta.
Sobre ese punto, Faure hizo notar que "la realidad del poder estará en el Parlamento" y que probablemente "habrá que encontrar mayorías texto por texto".
Para el líder socialista, "el campo macronista debe mostrar responsabilidad" y decir si están dispuestos o no a unir sus votos en el futuro a los RN para tumbar un Gobierno del NFP con una moción de censura. Y a ese respecto, recordó que la izquierda no lo hizo en la anterior legislatura, aunque técnicamente era posible.
La líder de los Ecologistas, Marine Tondelier, insistió en que Macron "debería llamar hoy oficialmente al NFP para que le transmita un nombre de primer ministro".