El presidente del Gobierno dice que no le gusta que se hable de rearmar Europa y quiere cambiarle el nombre al plan de Ursula von der Leyen. Aparentemente trata así de apaciguar el antimilitarismo de parte de sus votantes, pero hay algo más. Es probablemente también una cuestión de estética política.
En su opinión la actual Presidenta de la Comisión está cometiendo un fallo de principiante que él nunca cometería. Porque Pedro Sánchez sabe que, en política, los objetivos para cumplirse y crecer con garantías, hay que plantarlos en una tierra preparada previamente. Y el abono de esos objetivos son las palabras. Las palabras no cambian la realidad de las cosas, pero sí su percepción. Y muchas veces, eso es suficiente. La política moderna es sobre todo una cuestión de percepción.
Nuestro Presidente del Gobierno es un superviviente nato. Esto no lo dudan ni sus peores enemigos. Eso de que Von der Leyen llame a su plan “Rearm Europe” (Rearmar Europa”) es una afrenta en su opinión a la fineza y el “savoir faire” que se espera de un político moderno. Por supuesto es una cuestión de eficacia política, pero también de estética que le genera sarpullido. Es un error que emborrona su currículo de mago, capaz de hacer pasar sus cambios de opinión del del blanco al negro gracias al uso de la semántica.
Tenemos que hablar de otra manera
Así que, paso número uno, hay que cambiar las palabras. Y aquí es donde falla. Seguro que Alister Campbell, el spin doctor de Tony Blair, ya habría encontrado una palabra perfecta para sustituir rearme. Pero este mago del ingenio político que tenemos en la presidencia española del Gobierno no nos ha dado en realidad a los periodistas un nuevo término con el que reemplazar la palabra “rearme”.
Se ha limitado a decirnos que es importante vincular el nuevo gasto con la idea de seguridad, que debemos subrayar su relación con tecnologías de doble uso, la vigilancia de fronteras, las amenazas híbridas, la ciberseguridad… “Tenemos que hablar de otra manera, dirigirnos a nuestros ciudadanos de otra forma cuando hablamos de la necesidad de mejorar la seguridad”, dijo. Esta vez es demasiado confuso.
Von der Leyen igual piensa que un ejército no es una ONG
Sobre todo frente a la cruda realidad. La realidad es que Europa ha descubierto que no tiene munición en sus almacenes, que tiene los tanques contados con los dedos de una mano y por eso no puede prestar muchos a Ucrania; que le faltan aviones, que no hay muchos hombres en sus cuarteles para reemplazar los que vayan cayendo en una guerra de verdad, seria y de desgaste como la que se vive en Ucrania.
Y sí, la verdad es que han decidido rearmarse con tanques, munición, aviones, helicópteros de ataque y de transporte, submarinos y barcos de guerra. Simple y llanamente. “Rearm Europ” lo ha llamado von der Leyen. Quien seguramente, como fue ministra de defensa en su país, igual piensa que un ejército no es una ONG.