La mujer, Natalie Crichlow, nacida en Luton (Reino Unido) se había desplazado hasta Barbados para cuidar de su hermano discapacitado cuando un hombre irrumpió en su casa, la estranguló y después de empaparla con líquido inflamable, la quemó viva.
Crichlow, de 44 años y madre de tres hijos de 10, 20 y 26 años, había superado en dos ocasiones un cáncer y había sufrido dos accidentes cerebrovasculares. Sufrió quemaduras en el 75% de su cuerpo.
Fue trasladada con la mayor prontitud al hospital, donde falleció, el 6 de agosto, a causa de la gravedad de las heridas.
Sus hijos, que se encuentran «devastados», han iniciado una campaña de «crowdfunding» para recuperar el cuerpo de su madre y poder enterrarla en Reino Unido. La repatriación del cadáver ronda las 8.000 libras.