ELECCIONES ALEMANIA

Quién es Friedrich Merz: el viejo lobo de la CDU que busca domar la tormenta alemana

Tras la caída de la coalición tricolor en Alemania, un nombre se perfila como el gran contendiente al poder: Friedrich Merz, el veterano líder de la CDU que aspira a encarnar el regreso del conservadurismo tradicional y restaurar la estabilidad en el país.

Miriam Méndez

Madrid |

Quién es Friedrich Merz: el viejo lobo de la CDU que busca domar la tormenta alemana
Quién es Friedrich Merz: el viejo lobo de la CDU que busca domar la tormenta alemana | Pixabay

El tablero político alemán se reconfigura a toda velocidad tras el colapso del gobierno de Olaf Scholz. La coalición tripartita que lideraba, compuesta por el Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y el Partido Liberal Democrático (FDP), se desmoronó debido a profundas discrepancias internas, especialmente en materia económica. La crisis alcanzó su punto álgido el 6 de noviembre de 2024, cuando Scholz destituyó al ministro de Finanzas y líder del FDP, Christian Lindner, alegando una pérdida de confianza. La reacción fue inmediata: el FDP abandonó la coalición, dejando al gobierno en minoría y precipitando su caída.

Las tensiones dentro del Ejecutivo venían de lejos. Mientras Lindner abogaba por recortar el gasto público y se oponía a políticas climáticas costosas, el SPD y Los Verdes defendían un modelo de inversión en sostenibilidad y bienestar social. La falta de consenso bloqueó la formulación de un presupuesto equilibrado, generando una crisis de gobernabilidad en un contexto de recesión económica y una creciente crisis de vivienda. Finalmente, el 16 de diciembre, Scholz sometió su liderazgo a una moción de confianza que no logró superar, desencadenando la convocatoria de elecciones anticipadas para el 23 de febrero de 2025.

En este nuevo escenario político, un nombre resuena con fuerza como su posible sucesor: Friedrich Merz. Líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), abogado, empresario y veterano de la política, Merz encarna el regreso del conservadurismo tradicional en Alemania. Con 69 años y un discurso orientado a la reactivación económica, este experimentado político busca devolver la estabilidad a una de las economías más poderosas de Europa.

Pero, ¿quién es realmente Friedrich Merz? ¿Un gestor pragmático capaz de revivir el "milagro alemán" o un político anclado en el pasado, incapaz de conectar con la Alemania actual? Su trayectoria, marcada por enfrentamientos con Angela Merkel, un paso por el sector privado y un retorno triunfal a la política, ha convertido a Merz en una figura tan influyente como controvertida. Con una CDU reforzada y unas encuestas que lo favorecen, su camino hacia la cancillería parece cada vez más probable.

¿Qué representa su ascenso para Alemania y Europa? Analizamos el perfil del hombre que podría liderar la próxima era de la política alemana.

El abogado conservador que quiso ser canciller

Nacido en 1955 en Brilon, una ciudad del Sauerland, Friedrich Merz creció en una familia católica de clase media alta. Su padre, juez, y su madre, hija de un alcalde, le brindaron una educación marcada por los valores tradicionales de orden, disciplina y ética de trabajo, pilares que han sido fundamentales a lo largo de su vida. Criado en la Alemania Occidental durante la Guerra Fría, adoptó desde joven una visión liberal económica que lo llevó a forjar una destacada carrera política.

A pesar de ser una figura prominente en la política alemana y en el mundo de los negocios, Merz ha logrado mantener su vida personal alejada del foco público. Casado con Charlotte Merz, una jueza con la que comparte una vida familiar discreta, tienen tres hijos que prefieren mantenerse fuera del ojo mediático. Su residencia se encuentra en Arnsberg, en el Sauerland, lo que le permite mantener una conexión profunda con sus raíces.

Su carrera profesional comenzó tras obtener su título en Derecho en la Universidad de Bonn, lo que le permitió dar sus primeros pasos en la política como eurodiputado en Bruselas y, posteriormente, ascender rápidamente dentro de la Unión Cristianodemócrata (CDU) en Alemania.

Defensor de un Estado reducido y la disciplina fiscal, Merz emergió como una de las voces más influyentes del ala conservadora del partido, hasta que su trayectoria se vio marcada por la irrupción de Angela Merkel, quien desplazó a Merz del liderazgo parlamentario en 2002. Tras este revés, el diputado del Bundestag abandonó la política en 2009 y se dedicó al sector privado, donde acumuló una considerable fortuna como abogado, consultor y directivo. Su puesto más emblemático fue la presidencia del consejo de supervisión de BlackRock Alemania, una de las gestoras de inversiones más grandes del mundo.

Sin embargo, con el fin de la era Merkel en el horizonte, Merz regresó a la arena política en 2018, decidido a reclamar el liderazgo que una vez le fue arrebatado. A pesar de las derrotas iniciales en su lucha por la presidencia de la CDU, finalmente asumió el liderazgo del partido en 2022. Desde entonces, ha sido un firme defensor de una postura más conservadora y combativa, especialmente en temas como la inmigración y la reducción del tamaño del Estado.

Fuera de su faceta política, Merz es conocido por sus aficiones. La práctica regular del golf le permite desconectar de las tensiones políticas, mientras que su pasión por la aviación lo ha llevado a convertirse en piloto certificado y a poseer su propio avión privado. Este estilo de vida lujoso ha sido objeto de controversia, alimentando críticas que lo perciben como un hombre desconectado de las realidades cotidianas de los alemanes comunes.

A pesar de su riqueza y su imagen como hombre de negocios, Merz también ha mostrado un lado humanitario. Junto a su esposa, fundó en 2005 la Friedrich und Charlotte Merz Stiftung, una fundación dedicada a apoyar proyectos educativos y culturales, buscando generar un impacto positivo en la comunidad.

El regreso de Friedrich Merz: la batalla por el liderazgo de la CDU y el futuro de Alemania

Cuando Angela Merkel anunció su retirada de la política, Friedrich Merz vio la oportunidad de recuperar el control del partido que alguna vez aspiró a liderar. Su regreso a la arena política en 2018 fue recibido con expectación, especialmente entre los sectores más conservadores de la Unión Cristianodemócrata (CDU), que anhelaban un giro a la derecha tras los 16 años de liderazgo centrista de Merkel.

Sin embargo, el camino de Merz hacia la cima no fue inmediato ni sencillo. En su primer intento por liderar la CDU en 2018, fue derrotado por Annegret Kramp-Karrenbauer, la delfina de Merkel, quien apenas dos años después renunció ante su incapacidad para consolidar su liderazgo. El político alemán volvió a intentarlo en 2021, pero nuevamente fracasó ante Armin Laschet, cuya gestión errática y la desastrosa campaña electoral llevaron a la CDU a su peor resultado histórico en las elecciones generales de ese año.

Fue en 2022, tras la debacle electoral y la crisis de identidad del partido, cuando finalmente se impuso como líder indiscutido de la CDU. Su victoria marcó un giro significativo en la dirección del partido, que bajo su mando ha adoptado una postura más conservadora y combativa, en contraste con la moderación merkeliana que definió la política alemana durante casi dos décadas.

De hecho, desde su llegada a la presidencia del partido, Merz ha trabajado para redefinir el rumbo de la CDU y recuperar el apoyo de su base más tradicional. Ha sido un crítico feroz de las políticas migratorias de Merkel, argumentando que una gestión más estricta y controlada de la inmigración es esencial para la seguridad y estabilidad del país. Asimismo, ha defendido la reducción del tamaño del Estado, promoviendo un modelo de administración pública más eficiente y con menor carga fiscal para empresas y ciudadanos.

En materia de seguridad y bienestar social, su discurso de "ley y orden" ha resonado especialmente en sectores preocupados por el aumento de la criminalidad y la percepción de un debilitamiento del Estado de derecho. Ha abogado por una mayor inversión en defensa y en la modernización de las fuerzas de seguridad, en un contexto en el que la guerra en Ucrania ha reforzado la necesidad de una política exterior más firme y una estrategia de seguridad más robusta.

No obstante, su mayor desafío radica en la economía. Alemania, la locomotora de Europa, ha entrado en una preocupante fase de estancamiento. Tras años de crecimiento sostenido, el país enfrenta su segunda recesión consecutiva, con una industria debilitada, una crisis energética agravada por la dependencia del gas ruso y una pérdida de competitividad en sectores clave.

Merz ha convertido la recuperación económica en el eje central de su agenda. Ha prometido una reducción de impuestos para empresas, una mayor flexibilización del mercado laboral y una apuesta por la digitalización y la innovación como motores del crecimiento. Su visión choca con las políticas del canciller federal Olaf Scholz, a quien acusa de implementar medidas económicas ineficaces y de contribuir al declive de la competitividad alemana.

Un candidato sin experiencia gubernamental: ¿activo o debilidad?

A pesar de su extensa trayectoria política, Friedrich Merz nunca ha ocupado un cargo en el Ejecutivo. Su experiencia se limita al Parlamento y al sector privado, un factor que sus críticos consideran una debilidad clave. Mientras que otros líderes de la CDU han forjado su perfil en ministerios o en la gestión de gobiernos regionales, Merz ha construido su carrera en la oposición y en el mundo empresarial.

Para sus detractores, esto lo convierte en un candidato con una visión teórica de la administración pública, pero sin la capacidad probada de tomar decisiones de gobierno bajo presión. Argumentan que dirigir una empresa no es lo mismo que gestionar un país, y que su enfoque económico, basado en la reducción del Estado y la promoción del mercado libre, podría no responder a las complejidades de la política social y fiscal de Alemania.

Además, su perfil de millonario dista del ciudadano promedio, una brecha que ha alimentado críticas y polémicas. Sus declaraciones han sido objeto de controversia en varias ocasiones, como, por ejemplo, cuando afirmó que los inmigrantes en Alemania recibían tratamientos dentales gratuitos mientras los ciudadanos alemanes enfrentaban largas esperas para conseguir citas médicas, una afirmación desmentida por la Asociación Dental Alemana. También ha insistido en que pertenece a la "clase media", a pesar de poseer una fortuna millonaria y de pilotar su propio avión privado, lo que ha generado escepticismo sobre su capacidad para entender las dificultades económicas de los alemanes comunes.

Sin embargo, estas críticas no han erosionado completamente su atractivo político. Su discurso de orden, eficiencia y recorte del gasto social ha resonado en un sector del electorado que ve con preocupación el crecimiento del gasto público y el sistema de subsidios alemán. En particular, su oposición al Bürgergeld, la renta ciudadana instaurada para reemplazar el antiguo sistema de ayudas sociales, ha encontrado eco entre votantes conservadores que temen que el modelo fomente la dependencia del Estado en lugar del empleo.

El desafío de Merz es convencer al electorado de que su falta de experiencia gubernamental no es un obstáculo, sino una ventaja: la oportunidad de romper con la burocracia política tradicional y traer un enfoque más pragmático y orientado a resultados. En un contexto de crisis económica y descontento con la gestión actual, la pregunta clave es si los alemanes estarán dispuestos a confiar en un líder que, hasta ahora, nunca ha tomado decisiones de gobierno reales.

El factor AfD: ¿un muro o una alianza?

Uno de los aspectos más complejos que podría definir el futuro político de Friedrich Merz es su relación con Alternativa para Alemania (AfD), el partido ultraderechista que ha ganado terreno en el panorama político germano en los últimos años. En público, la CDU mantiene una clara política de "cordón sanitario" hacia la AfD, y Merz ha reiterado en varias ocasiones que no pactará con ellos. Sin embargo, el giro de la CDU hacia posiciones más conservadoras en temas como la inmigración, la seguridad y la ley y el orden ha dejado abierta la posibilidad de que Merz intente recuperar a votantes que, en los últimos años, se han desviado hacia la ultraderecha.

La estrategia de la CDU bajo Merz ha sido cada vez más enfocada en una postura más firme contra la inmigración, un tema que se ha convertido en una de las principales banderas de la AfD. Si bien Merz no ha expresado disposición a formar coaliciones con este partido, su discurso cada vez más alineado con ciertos puntos de la agenda de la extrema derecha podría ser interpretado como una forma de recuperar el electorado que se siente atraído por el populismo de la AfD.

En este contexto, surge la pregunta crucial para el futuro de la CDU: ¿Qué sucederá si las elecciones no dan una victoria clara y Merz se ve obligado a formar una coalición? En un escenario de fragmentación política y con una AfD en ascenso, las presiones internas y externas podrían forzar a Merz a reconsiderar su posición sobre una posible alianza. Hasta el momento, ha mantenido una postura firme en su rechazo a la AfD, pero la coyuntura política podría alterar este equilibrio.

Lo que es seguro es que el tema de la AfD se presentará como un desafío significativo para cualquier gobierno bajo Merz. La relación con la ultraderecha no solo pondrá a prueba la unidad interna de la CDU, sino también su capacidad para consolidar una coalición de gobierno que, en el caso de no alcanzar una mayoría absoluta, podría requerir concesiones políticas que incluyan al polémico partido. En este sentido, el camino que Merz decida tomar en relación con la AfD podría determinar no solo el futuro de la CDU, sino también el de su liderazgo dentro del país.

¿Qué significa Friedrich Merz para Europa?

El regreso de Friedrich Merz a la política alemana tiene implicaciones significativas para Europa, tanto en el ámbito económico como político. Con su firme defensa del liberalismo económico y la competitividad empresarial, Merz representa una visión más conservadora para la CDU y, por extensión, para Alemania. En Europa, esto podría traducirse en un apoyo a políticas fiscales más estrictas, lo que podría generar tensiones con países del sur de Europa, especialmente aquellos con altas tasas de deuda pública.

En cuanto a migración y seguridad, Merz ha adoptado una postura más rígida, alineándose con la creciente tendencia de la derecha europea que favorece un control más estricto de las fronteras. Esto podría fortalecer las voces que defienden políticas migratorias más restrictivas dentro de la Unión Europea, generando fricciones con aquellos países que promueven una Europa más abierta.

Si bien es un defensor del proyecto europeo, su enfoque podría inclinarse hacia una Europa más nacionalista y menos integrada, priorizando la soberanía de los estados miembros sobre la profundización de la integración política.

¿Consolidación o declive? El futuro político de Merz

Con la contienda electoral en el horizonte, Friedrich Merz enfrenta la prueba definitiva: demostrar que su liderazgo no es solo una reacción al legado de Angela Merkel, sino la base de un proyecto sólido y viable para el futuro de Alemania. Su éxito dependerá de encontrar el equilibrio entre su ortodoxia económica y respuestas efectivas a los desafíos actuales, sin alejar a los votantes centristas que fueron clave en el pasado.

La gran incógnita es si la CDU bajo su mando logrará recuperar el apoyo perdido tras el fracaso de Armin Laschet, o si su giro conservador terminará debilitando aún más al partido. En un escenario político fragmentado, con Los Verdes y la ultraderechista AfD disputando espacios clave, Merz deberá moverse con precisión para consolidar su liderazgo y evitar que su regreso a la política se convierta en una oportunidad fallida.

Su reto va más allá de vencer a Olaf Scholz. Merz debe convencer a Alemania de que, en un mundo en transformación, su visión es la mejor opción para liderar el país en la era post-Merkel.