El terremoto de magnitud 6,3 que ha afectado a Marruecos este fin de semana especialmente a la región del Atlas ha provocado más de 2.000 muertos y miles de heridos. En esta situación tan dramática ha llamado la atención la tardanza de su rey, Mohamed VI, en reaccionar.
La Casa Real marroquí no se dirigió a la población hasta las ocho de la tarde del sábado, pero fue a través de un comunicado y Mohamed VI aún no se ha desplazado a visitar la zona afectada por la catástrofe en el sur del país, donde continúan las tareas de rescate en poblaciones que han quedado completamente arrasadas y donde sus ciudadanos han pasado la tercera noche al raso.
Quién es Mohamed VI
Mohamed VI es el rey de Marruecos desde el 23 de julio de 1999. Hijo del rey Hassan II, acaba de cumplir 60 años y está a punto de alcanzar el cuarto de siglo de reinado. Durante esta etapa ha consolidado avances diplomáticos para su país como el relativo al reconocimiento de la soberanía del Sáhara Occidental por parte de EEUU o Israel o que España respalde la autonomía del territorio.
Durante su reinado ha modernizado infraestructuras y desarrollado sectores de la industria, pero las desigualdades económicas no han parado de crecer sobre todo entre la población rural y las periferias de las grandes ciudades.
Su ausencia y su silencio tras la catástrofe provocada por el terremoto de este fin de semana no es una novedad, en 2004 otro seísmo asoló la región de Alhucemas y su tardanza en reaccionar retrasó varios días la ayuda.
Dónde estaba el rey
Cuando el terremoto sacudió Marruecos, su rey, que pasa casi más tiempo fuera de Marruecos que en territorio nacional, se encontraba en París, donde se había trasladado el pasado día 1 en una visita privada. En la tarde del sábado, regresó a Rabat para presidir una sesión de trabajo sobre el terremoto y sus consecuencias sobre la población.
Por qué rechaza la ayuda internacional
El Ministerio del Interior marroquí ha explicado en un comunicado que sólo ha aceptado la ayuda ofrecida por España, Reino Unido, Qatar y Emiratos Árabes Unidos en respuesta al terremoto que ha dejado más de 2.100 muertos en la región de la cordillera del Atlas.
Rabat justifica su decisión en la "evaluación precisa" realizada de las necesidades tras el corrimento y "teniendo en cuenta que la falta de coordinación en tales situaciones podría ser contraproducente".
En cualquier caso, el Gobierno marroquí no descarta pedir ayuda a otros países en caso de ser necesario: "Con el avance de las operaciones de intervención podría evolucionar la evaluación de las posibles necesidades, lo que permitiría aprovechar las ofertas de apoyo presentadas por otros países amigos, según las necesidades específicas de cada etapa".
Ha llamado especialmente la atención que se haya rechazado la oferta de ayuda de Francia, un país en el que, como ha resaltado Enmanuel Macron, millones de ciudadanos franceses tienen raíces marroquíes y familiares en las regiones afectadas por el terremoto.
Con una estrecha relación a nivel político, diplomático, histórico y social, Macron ha resaltado que "Francia está dispuesta a ofrecer su ayuda a Marruecos si Marruecos decide que es útil".
El caso de Francia no es el único, ya que otros países como Turquía también han ofrecido su ayuda. Además el país cuenta con una experiencia muy reciente por el terremoto del pasado 6 de febrero, un seísmo que se cobró casi 60.000 muertos en Turquía y Siria.
Patrimonio
Mohamed VI es el quinto rey más rico del mundo y lleva una vida de lujos constantes. En el momento del terremoto se encontraba en Paris donde pasa largas temporadas y se compró un palacio de 80 millones de euros en plena pandemia. Otro de sus destinos favoritos es Gabón, donde se encontraba en su sonada ausencia en la recepción a Pedro Sánchez el pasado mes de febrero y donde posee una mansión.
El rey de Marruecos dispone de 12 palacios, unos 1.100 sirvientes y en torno a 600 coches de lujo. Es propietario de un hotel de Marrakech, considerado como uno de los más lujosos del mundo y dueño de bancos, empresas de seguros o supermercados. También tiene dos aviones privados y un superyate, que compró por 90 millones de euros.
