Según explicó en rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Interior, Tobias Platte, se está investigando por qué no se le había expulsado del país, procedimiento del que son responsables los estados federados.
El hombre llegó a Alemania hace dos años y presentó una solicitud de asilo, que fue denegada hace un año; desde entonces vivía en un albergue de Ansbach.
Platte explicó que los ciudadanos sirios a los que se les deniega una petición de asilo "en ningún caso" son expulsados en estos momentos a su país de origen, pero sí pueden ser devueltos a otros países europeos en los que fueron antes registrados.
En el caso del joven sirio sospechoso de haber provocado la explosión de ayer había constancia de su paso por Austria y Bulgaria.
El caso ha reactivado el debate sobre la situación de los refugiados en Alemania, país al que llegaron el año pasado cerca de 1,1 millones de solicitantes de asilo y que en el primer semestre ha recibido ya a 220.000.