La respuesta al terrorismo centra la campaña electoral en el Reino Unido
La respuesta a la amenaza terrorista ha centrado la campaña electoral en el Reino Unido, suspendida los últimos días tras el atentado en Manchester, con un discurso del laborista Jeremy Corbyn como acto principal en ausencia de la primera ministra, Theresa May.
El ataque perpetrado por el terrorista suicida Salman Abedi al lado de un estadio lleno de niños y jóvenes que salían de ver un concierto de pop llevó a los principales líderes políticos del país a cancelar, por respeto a las víctimas, sus actos de campaña de cara a las elecciones generales del próximo 8 de junio.
En la reanudación del calendario para esos comicios adelantados, Theresa May estuvo ausente por su participación en la cumbre del G7 en la ciudad italiana de Taormina, donde los líderes de las democracias más industrializadas del mundo abordan, entre otros asuntos, cuestiones como la seguridad.
La campaña prosigue en un momento en que el Laborismo ha logrado recortar la distancia que le separaba del partido gobernante, según un reciente sondeo de la firma YouGove para el diario "The Times", que otorga ahora una ventaja de solo 5 puntos a los conservadores.
El acto más llamativo de la jornada fue el esperado discurso pronunciado en Londres por el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, en el que el político incidió en la manera de abordar la amenaza terrorista de su formación a raíz de lo ocurrido en Manchester.
Esa amenaza se sitúa ahora en su máximo nivel -"crítico"- tras el reciente ataque, al contemplarse la posibilidad de que pueda producirse un nuevo atentado de manera inminente en el Reino Unido.
Desde otros partidos se ha acusado al político izquierdista de "utilizar un acto grotesco para fines políticos", en palabras del líder liberaldemócrata, Tim Farron.
Corbyn estableció una correlación entre la amenaza que sufre el país con la implicación británica en "guerras en el extranjero", como los conflictos de Irak, Afganistán y Libia.
A menos de quince días para las elecciones, Corbyn reconoció que si bien ningún gobierno puede evitar que se produzca un atentado, es responsabilidad del Ejecutivo "que la política exterior reduzca, en lugar de incrementar, la amenaza contra este país".
"Muchos expertos, entre ellos profesionales de nuestros servicios de inteligencia y seguridad, han destacado las conexiones existentes entre las guerras que ha respaldado nuestro Gobierno o en las que ha luchado en otros países con el terrorismo que afrontamos en casa", argumentó.
Incidió en el fracaso de la llamada "guerra contra el terrorismo" y consideró que es necesario un replanteamiento de la manera en la que abordar ese problema.
También prometió destinar más recursos a los servicios de emergencia y la policía británica a fin de mantener seguro a este país y sus ciudadanos.
"El Partido Laborista revertirá los recortes a los servicios de emergencia y la policía", subrayó, al observar que "de nuevo, en Manchester, han demostrado que son lo mejor que tenemos".
"La austeridad debe parar en las unidades de emergencia de los hospitales y en las comisarías de policía", agregó.
Corbyn y sus más cercanos colaboradores sostienen que la política exterior de Londres ha exacerbado el riesgo de que se produzcan actos terroristas en suelo nacional.
En respuesta a ese discurso, parte del cual había sido divulgado parcialmente por los medios locales antes de la intervención del político, el Partido tory ha tildado esas declaraciones de "totalmente inapropiadas" a la vista de lo sucedido, según observó el secretario de Estado de Seguridad, Ben Wallace.
Por su parte, en unas declaraciones a la BBC, el ministro británico de Defensa, Michael Fallon, opinó que Corbyn ha demostrado, una vez más, "que no está a la altura" para dirigir y proteger al país y tildó de "débiles" sus argumentos para defender al Reino Unido del terrorismo.
Los otros partidos británicos organizaron pequeños eventos a nivel local, como la distribución de folletos propagandísticos o las visitas puerta a puerta a los votantes a fin de pedir su confianza.
La campaña se reanuda al tiempo que el Instituto de Estudios Fiscales consideró hoy en un informe que ninguno de los principales partidos -el conservador y el laborista- está siendo "sincero" con los votantes sobre las consecuencias económicas de sus respectivas propuestas políticas.
Según esto, los tories ofrecen en su manifiesto "muy pocos compromisos fiscales o de gasto" mientras que los laboristas proponen "incrementos fiscales y de gasto muy elevados".