El deterioro del patrimonio y el riesgo para la seguridad de los parisinos y de los turistas fueron los principales motivos por los que se ordenó su retirada.
Hasta la instauración de otras barandas permanentes el próximo año, las del Pont Neuf, según la fuente, han sido sustituidas por unas provisionales en las que no es posible colocar nuevas cerraduras.
Desde 2015, el consistorio no ha dejado de elaborar planes de retirada de candados en varios puentes de la ciudad tras el desmoronamiento en 2014 de una parte del alambrado del Pont des Arts, que terminó cayéndose en el Sena.
Las barandillas con cristales, que costaron 500.000 euros y sustituyeron a las antiguas en el Pont des Arts, al igual que en el Pont de l'Archevêché, impiden la posibilidad de colgar nuevos candados.
El pasado año, 165 lotes de los conocidos como "candados del amor" retirados del Pont des Arts fueron subastados por precios que se situaron en una horquilla de entre varios cientos de euros y los 17.000.