Don Felipe y doña Letizia llegaron esta tarde a Rabat, donde fueron recibidos en el aeropuerto por Mohamed VI, sus hijos, el príncipe heredero, de 15 años, su hija, Lalla Khadija, de 11, y sus cuatro hermanos.
Desde el aeropuerto, se desplazaron en coche al Palacio Real, donde tuvo lugar la ceremonia oficial de bienvenida. Felipe VI y Mohamed VI fueron en el coche oficial que abría la comitiva y, detrás, la reina Letizia y los miembros de la Familia Real alauí en otros dos coches.
El caluroso recibimiento brindado a los reyes se vio acompañado por los vítores varios cientos de personas apostadas en la avenida, engalanada con banderas españolas y marroquíes, por la que discurrió el séquito. Ya en el recinto del palacio, el cortejo fue escoltado por un escuadrón a caballo de la guardia real hasta la Plaza de Mechuar, donde tuvo lugar la ceremonia, que comenzó con la interpretación de los dos himnos nacionales y las salvas de honor.
A continuación Felipe VI, junto con Mohamed VI, vestido con traje y gafas de sol, pasaron revista a una unidad de honores y, a pocos pasos, les siguieron la reina, el heredero al trono alauí y su tío, el príncipe Moulay Rachid. Desde diciembre de 2017, no aparece en público la princesa Lalla Salma, aunque el Palacio Real marroquí sigue sin confirmar su divorcio de Mohamed VI.
La ceremonia se completó con los saludos de don Felipe y doña Letizia a los miembros del Gobierno marroquí, los consejeros reales y los representantes de las altas instituciones ante la mirada del monarca alauí y su hijo. Tras la bienvenida, Mohamed VI y Felipe VI mantuvieron una breve conversación a solas en el Gabinete Real y, a renglón seguido, lo hicieron con las dos delegaciones para proceder a la firma de los acuerdos.
A los reyes les acompañan los ministros de Exteriores, Josep Borrell; Interior, Fernando Grande-Marlaska; Industria, Reyes Maroto; Agricultura, Luis Planas, y Cultura, José Guirao.
La primera jornada se va a completar con la cena de gala que Mohamed VI va a ofrecer a don Felipe y a doña Letizia en el Palacio Real, en la que no va a haber discursos.