El primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, de 44 años, encara las elecciones de este jueves como su previsible último acto dentro de una política británica en la que ascendió meteóricamente como niño prodigio del Partido Conservador, pero ya en la cima ha descendido hasta el punto de que los laboristas arrasarían con más de 20 puntos de ventaja.
El hasta ahora inquilino más joven del 10 de Downing Street trajo consigo cierta tranquilidad tras el breve, pero convulso, mandato de Liz Truss, a finales de 2022. No obstante, pronto tuvo que comenzar a lidiar con promesas incumplidas tales como reducir las listas de espera en la sanidad pública, o la de rebajar la inflación.
Asimismo, ha visto como su plan estrella para deportar migrantes a Ruanda ha sido bloqueado y cómo se han vuelto a registrar niveles récord de cruces de pequeñas embarcaciones a través del canal de la Mancha en los primeros cinco meses del año, con casi 10.000 personas intentando llegar a Reino Unido.
Los últimos varapalos para Rishi Sunak
La previsible derrota de Sunak este jueves --los sondeos colocan a los 'tories' ampliamente por detrás de los laboristas desde noviembre-- se ha venido cimentando en una serie de varapalos en las elecciones parciales de febrero y mayo, así como en el descontento dentro de las filas conservadoras con respecto a su gestión.
Esto ha quedado de manifiesto en las deserciones de dos diputados en los últimos meses por las "promesas incumplidas" y al "caos" de su Gobierno, así como en la victoria de su ley antitabaco gracias a los votos a favor de la oposición laborista y en medio del rechazo o la abstención de más de 150 compañeros conservadores.
Popularidad en caída libre y con una gran fortuna
Criado en uno de los internados más elitistas de Reino Unido, el Winchester College, que le sacaran a relucir unas declaraciones de 2001, cuando ni siquiera pertenecía al Partido Conservador, en las que afirmaba entre risas codearse solo entre aristócratas, no ha hecho más que menguar su popularidad.
Antes de entrar en política, Rishi Sunak se hizo rico trabajando en firmas como Goldman Sachs en Estados Unidos. Fue allí donde conoció a la que sería su esposa, Akshata Murty, heredera de una fortuna multimillonaria, mientras cursaba sus estudios en California, lugar al que podría volver, según se comenta en Reino Unido, una vez se confirme su derrota en estas elecciones.
Su fortuna y la de su esposa rondarían los 650 millones de libras (760 millones de euros), superando así al rey Carlos III, quien atesora un patrimonio valorado en 610 millones de libras (707 millones de euros), según la lista de ricos que anualmente elabora 'The Sunday Times'.
El camino a Downing Street
En medio de la crisis de la pandemia, el entonces primer ministro británico, Boris Johnson, confió en él para remplazar a Sajid Javid al frente del Ministerio de Hacienda, desde donde lanzó un plan de licencias sin precedentes en un intento por salvar al sector de la hostelería.
Al igual que buena parte de aquel gobierno, Sunak fue señalado por participar en el escándalo del 'Partygate' --las fiestas organizadas en Downing Street en plena pandemia-- por lo que tuvo que pagar una multa. Su imagen pública volvió a sufrir un traspiés tras filtrarse poco después que su esposa estuvo beneficiándose de exenciones fiscales al declarar como "no domiciliada" en Reino Unido.
Con Johnson presionado por las escándalos, finalmente Sunak dio el paso como ya hicieran alguno de sus compañeros de presentar su renuncia, propiciando la caída del primer ministro, en horas bajas tras conocerse que habría estado al tanto del comportamiento inadecuado del responsable de disciplina de los conservadores, Chris Pincher, señalado por varios hombres de haberles toqueteado sin su consentimiento.
La renuncia de Sunak supuso un duro golpe para un Johnson que en sus círculos más cercanos había hablado de él como posible sucesor. Unas aspiraciones que el todavía jefe de Gobierno británico confirmó cuando de presentó en julio de 2022, aunque sin éxito, para liderar a los conservadores.
Sin embargo, apenas tuvo que esperar 44 días desde que en septiembre 'la breve' Liz Truss asumiera el puesto de primera ministra para poder mudarse al 10 de Downing Street, cuyas llaves, salvo sorpresa mayúscula, deberá ceder a partir de este jueves al líder de los laboristas, Keir Starmer.