The Rolling Stones ha aterrizado en La Habana, donde todo está listo para el concierto gratuito y multitudinario que ofrecerán mañana en la capital cubana, que pasará a la historia como uno de los grandes acontecimientos en la isla y que podrá banda sonora a la Cuba del deshielo.
Mick Jagger, Keith Richards, Ronnie Wood y Charlie Watts llegaron al aeropuerto de La Habana y a pie de pista, el líder y vocalista de la banda, declaró que era "un placer" estar en Cuba para ofrecer un "concierto que será muy especial" en este momento "histórico" que se vive en la isla.
La cita de los cubanos con "Sus Satánicas Majestades" será mañana a las 20.30 hora local (00.30 GMT del sábado) en los aledaños de la Ciudad Deportiva, lugar en el que hoy reinaba la calma, trabajaban aún equipos de producción y un numeroso grupo de policías y militares supervisaba la seguridad; aunque algunos curiosos ya se acercaron a presenciar las pruebas de sonido.
No se han visto por las calles de la capital cubana carteles que anuncien el espectáculo, pero todo el mundo sabe que una interesante página de la historia de Cuba, de The Rolling Stones y del rock se escribirá mañana en ese espacio, donde se congregarán, según las cifras más modestas, al menos medio millón de asistentes.
En un reciente encuentro con la prensa, el productor de la banda desde hace más de 20 años, Dale Skjerseth, confió en que el show en La Habana rompa el récord del millón y medio de fans que se reunieron en la playa de Copacabana de Río de Janeiro en 2006, en el que fue el último gran concierto gratuito que ofreció la banda.
Cifras récord son también las de la capacidad de sonido del concierto, 1.300 kilos de audio que nunca antes se habían escuchado en Cuba, a donde la banda desplazó hasta 65 contenedores para el montaje de toda la infraestructura y del escenario, diseñado exclusivamente para este "Concierto de la Amistad".
No sólo cubanos acudirán al concierto de mañana; hasta La Habana se han desplazado amantes del rock de otros países de la región, a los que resultaba más barato costearse un viaje a Cuba, que pagar los precios estratosféricos de las entradas de la gira "Ole Tour".
Es el caso de Héctor, un mexicano de 28 años, que viajó desde su país para este "evento histórico" y para corear las canciones de "Sus Satánicas Majestades", a quienes prefirió ver en la isla porque las entradas para el concierto de la banda en Mexico DF "costaban lo mismo o más que un pasaje a La Habana".
Los cubanos tendrán la oportunidad de ver mañana por primera vez a la banda más longeva de la historia del rock en su patria, como es el caso de Adela, una habanera de 43 años, "fanática de Jagger", que hoy se acercó al lugar del concierto "para reconocer el terreno y estar preparados".
Con la esperanza de asegurar un buen lugar desde el que disfrutar del espectáculo, algunos han intentado instalarse en las cercanías, pero está prohibido acampar o ingresar al terreno hasta mañana a partir de las 14.00 hora local (18.00 GMT). "Estoy aquí desde la mañana de ayer, pero no dejan acampar, así que he estado cerca.
Es una cosa grande poder observar todo el montaje y, como es algo único, no me quiero perder ni una parte", contó un rockero de 22 años que se hace llamar "Rocky". Aunque La Habana no figuró inicialmente como parte de la gira por América Latina, a principios de este mes la banda anunció que el colofón de ese tour -que como tantos otros antes se rumorea que puede ser el último- sería en Cuba, donde también van a rodar un documental del show, cuyos derechos cederán gratuitamente a la televisión estatal cubana.
El primer concierto de los Stones en Cuba tiene una singular significación en un país donde el rock extranjero, si bien no estuvo expresamente prohibido, sí sufrió durante los años sesenta censura en las emisoras musicales y se escuchaba a escondidas, ya que no era bien visto por la ortodoxia de la Revolución.
Pero en la Cuba del deshielo y las reformas a la que el mundo entero mira ahora; "Sus Satánicas Majestades" contaron con un telonero de lujo, ya que hace sólo tres días que el presidente de EEUU, Barack Obama, culminó otra visita histórica a la isla, la del primer mandatario estadounidense que pisaba territorio cubano en 88 años y el primero que lo hizo en la Cuba revolucionaria.