Minniti presidió esta mañana una reunión extraordinaria del Comité de Análisis Estratégico Antiterrorista a la que han asistido los dirigentes nacionales de la Policía y los servicios de inteligencia así como el representante en Roma de Scotland Yard, la policía londinense.
En el encuentro, celebrado tras el ataque del miércoles ante el Parlamento británico, se decidió "mantener alto el nivel de alerta, intensificando las medidas de vigilancia y de seguridad para proteger los objetivos más expuestos a riesgo", según un comunicado.
Minniti ordenó reforzar "aún más" los controles en las zonas de mayor flujo de personas ante la celebración de la cumbre por los Tratados de Roma, a la que asistirán jefes de Estado o de Gobierno de los Veintisiete países de la Unión Europea (UE) tras el brexit.
"Todas las Fuerzas de Policía y la red de servicios de inteligencia se esforzarán sin descanso en el ámbito antiterrorista para identificar cada fuente de posible riesgo o peligro", señaló el Ministerio en su nota.
Roma se ha blindado de cara a esta cumbre y ya desde el viernes, cuando el papa recibirá a los líderes europeos, se desplegarán por todo su centro histórico numerosos controles policiales.
La jefatura de Policía de Roma ha dispuesto dos zonas céntricas de máximo control: la que rodea al palacio del Quirinale, sede de la Jefatura del Estado, y el área del Campidoglio, el ayuntamiento de la ciudad y donde tendrá lugar el acto conmemorativo.
Las calles romanas serán patrulladas por alrededor de 3.000 agentes, unos mil militares custodiarán sus puntos más concurridos y las líneas de metro, y drones sobrevolarán y controlarán los "puntos calientes".
Además estarán preparados para intervenir agentes antidisturbios, artificieros, unidades caninas, servicios de emergencia y francotiradores.
En cualquier caso Roma mantiene alta la atención contra posibles ataques terroristas desde hace meses, en los que militares armados custodian las zonas más turísticas y sus infraestructuras, como estaciones ferroviarias, paradas de metro o atracciones turísticas.
Por ejemplo en la vía de los Foros Imperiales, que llevan al Coliseo, grandes vehículos del Ejército permanecen aparcados en medio de la calle para impedir ataques similares a los de Niza, Berlín o Londres, en los que se empleó un vehículo para arrollar a la gente.