"No podemos ocultar que la ciudad está prácticamente en ruinas. Se encuentra al borde de una epidemia. Estoy seguro de que le han informado de ello", dijo Shoigú al reunirse con el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura.
Shoigú aseguró que entre los escombros de los edificios en Al Raqa hay numerosos cadáveres, que pueden ser origen de una epidemia.
"También hay un gran número de minas. La ciudad está prácticamente minada por todas partes. Además de las minas colocadas por los guerrilleros en su huida, también hay artefactos sin explotar", dijo.
Por ello, destacó que se necesitan "enérgicos esfuerzos" por parte de la comunidad internacional, ya que muchos habitantes de Al Raqa no pueden regresar a sus casas.
"Sea como sea, lo que ahora está haciendo Rusia, desminando por sus propios medios e instruyendo a zapadores sirios, debe ser apoyado y eso es lo que esperamos de las agencias de Naciones Unidas", dijo.
Al mismo tiempo, destacó que la situación militar en Siria ha cambiado "radicalmente" y que en las últimas semanas miles de personas vuelven a sus hogares en Deir al Zur, Abu Kamal y en la histórica ciudad de Palmira.
Shoigú espera que la grave situación humanitaria en el país árabe sea abordada durante las octava ronda de consultas que se celebran hoy y mañana viernes en Astaná.
Por su parte, De Mistura aseguró hoy que no hay alternativa a las negociaciones de Ginebra, pero reconoció que las consultas en Astaná "ayudaron a reducir la escalada en Siria".
"Debemos reconocer que en Siria se están produciendo resultados significativos", dijo y expresó su confianza de que en la capital kazaja se avance en la liberación de prisioneros de guerra.
Recientemente, el presidente ruso, Vladímir Putin, proclamó la "completa derrota" del grupo terrorista Daesh en Siria, tras lo que visitó por vez primera la base aérea rusa de Jmeimim en el país árabe.