El comandante de la Flota del Mar Negro rusa, Alexander Vitko, ha remitido un ultimátum a las unidades ucranianas que se encuentran en la península de Crimea para que se rindan antes de las 5.00 de la madrugada de este martes (4.00 hora peninsular española), según ha informado el diario 'Kiev Post' en su edición digital. De lo contrario, advierte Vitko, ordenará un ataque contra todas las fuerzas ucranianas en la zona.
"Si no se han rendido a las 5.00 horas de mañana, habrá un asalto real a las subdivisiones y unidades de las fuerzas militares de Ucrania en toda Crimea", advierte Vitko en su comunicación, que ha sido transmitida a las fuerzas ucranianas en la zona, según informa la agencia de noticias Interfax. La fuente de Interfax sería un responsable del Ministerio de Defensa ucraniano, que no ha querido comentar el ultimátum en sí lanzado por la Flota del Mar Negro.
Casi al mismo tiempo, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha denunciado las "amenazas inaceptables" lanzadas por el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, quien especuló el domingo con la imposición de sanciones económicas en represalia por la intervención rusa en Crimea.
"No se han molestado en intentar comprender el complejo proceso en el que se encuentra inmersa la sociedad ucraniana ni en realizar una evaluación objetiva de la situación, cada vez más degradada tras la toma del poder violenta en Kiev perpetrada por extremistas radicales", señala el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
Para Rusia, Kerry "opera bajo la influencia de la Guerra Fría, ofreciéndose no para castigar a los responsables del derrocamiento del Gobierno, sino a la Federación Rusa". "Mientras quitan importancia a esto, Estados Unidos y sus aliados cierran los ojos ante los excesos de los milicianos radicales de Maidan, su acoso a los rivales políticos y ciudadanos corrientes y su antisemitismo y rusofobia", añade.
En ese sentido, denuncia la pasividad de las potencias europeas ante la violación del acuerdo político del 21 de febrero por parte del "nuevo régimen de Kiev" y recuerda que los ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Alemania y Polonia suscribieron este documento, convertido en papel mojado cuando al día siguiente la oposición tomó el poder. "En este proceso, Occidente se ha aliado en la práctica con los neonazis que atacan iglesias ortodoxas y sinagogas mientras declaran la guerra al idioma ruso", recuerda.
En sintonía con esta postura, Rusia desoyó en la sede de la ONU las acuciantes demandas internacionales para que cambie de postura y repliegue las tropas desplegadas en Crimea y se limitó a afirmar que sus acciones responden a la defensa de los derechos fundamentales de los rusos que residen en Ucrania. "Los que han tomado el poder en Ucrania están imponiendo su victoria para atacar los derechos fundamentales de los rusos. Hay que defenderse de esta agresión", afirmó contundente el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, en la vigésimo quinta sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que comenzó este lunes en Ginebra.
La defensa de los derechos fundamentales de los rusos, amenazados, según Lavrov, por las acciones de las nuevas autoridades ucranianas, fue el hilo conductor de su discurso, en el que no hubo lugar para la autocrítica o el matiz. Lavrov defendió la bondad, necesidad y legalidad de la petición del Kremlin de pedir autorización al Senado para desplegar sus tropas en Crimea, provincia autónoma ucraniana de mayoría rusófona.