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Rusia niega estar detrás de la explosión de la presa de Kajovka que ha inundado decenas de pueblos en la región de Jersón

La voladura de la presa de Kajovka está provocando una situación dramática al inundar decenas de pueblos poner a miles de de personas en peligro. La comunidad internacional acusa a Rusia de crimen de guerra, mientras Moscú niega estar detrás de este ataque.

ondacero.es

Madrid | 06.06.2023 13:16 (Publicado 06.06.2023 13:12)

aptura de un video difundido por el presidente ucranio, Volodímir Zelenski
ondacero.es | EFE

Las autoridades impuestas por Rusia en la localidad ucraniana de Nueva Kajovka han declarado el estado de emergencia en la ciudad tras la ruptura de la estructura superior de la presa y la inundación parcial de la zona.

La medida entró en vigor a las 12.00 hora local (9.00 GMT), según el alcalde prorruso de Nueva Kajovka, Vladímir Leontiev. De acuerdo con los servicios de emergencias de la zona, cerca de 600 casas ya han sido inundadas en el distrito de Nueva Kajovka.

"El agua ha subido, sigue subiendo. (...) La ciudad se está inundando, la avenida del Dniéper ya está bajo agua. Esto significa que el agua ha subido más de 10 metros", dijo el alcalde de la localidad.

Según el alcalde, el agua como máximo puede aumentar unos 12,5 metros en la zona de la central hidroeléctrica.

Cruce de acusaciones sobre quién es el responsable del ataque

La rotura de la presa, producida según Rusia por un ataque con lanzaderas de misiles múltiples Alder ucranianas y según Kiev por una explosión provocada desde dentro de la central hidroeléctrica, afecta a 14 localidades donde viven 22.000 personas, según el presidente del Gobierno impuesto por Moscú en la región de Jersón, Andréi Alekseenko.

La hidroeléctrica de Kajovka, la quinta de Ucrania, tiene una potencia de 334,8 megavatios. El embalse de Kajovka, construido en la década de los 1950, contenía antes del desastre de este martes 18 millones de metros cúbicos de agua. EFE

La OTAN lo califica de ataque atroz

En un mensaje en redes sociales, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha tachado de "atroz" la destrucción de la infraestructura hídrica, asegurando que demuestra la "brutalidad" de la agresión rusa en Ucrania.

"La destrucción de la presa de Kajovka pone miles de vidas de civiles en peligro y provoca un daño medioambiental grave", ha reaccionado el líder de la OTAN.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también ha mostrado su solidaridad con el pueblo ucraniano ante la destrucción de la presa y ha insistido en que "España siempre estará con Ucrania frente a la brutal agresión rusa".

Una infraestructura clave

La central hidroeléctrica de Nueva Kajovka tiene una importancia clave para la zona, en particular para el funcionamiento correcto de la central nuclear de Zaporiyia y el abastecimiento de la península de Crimea, controlada por Rusia desde 2014.

La construcción de la presa empezó en 1950 y fue puesta en servicio seis años más tarde, durante la época soviética. Kajovka es la última de la cascada de centrales hidroeléctricas del río Dniéper.

Se trata de la quinta hidroeléctrica de Ucrania con una potencia de 334,8 megavatios. El embalse contenía antes del desastre de este martes 18 millones de metros cúbicos de agua. El muro de la presa tiene 16 metros de altura y 3.850 metros de longitud.

La infraestructura, que tendrá que ser levantada desde cero, según las autoridades rusas, se encuentra en la región sureña de Jersón de Ucrania, a 5 kilómetros de la ciudad de Nueva Kajovka, que Rusia ocupó en febrero de 2022, nada más iniciar la intervención militar en el país vecino.

La destrucción de la presa eleva los riesgos nucleares, ecológicos y humanos

Los daños sufridos en la presa de Nueva Kajovka han causado un serio descenso del nivel del agua en el embalse que se usa para enfriar la planta nuclear de Zaporiyia, que sigue bajando a un ritmo de 5 centímetros por hora, pese a lo cual no hay por ahora un "riesgo inmediato" para la seguridad.

Así lo ha asegurado este martes el director general del OIEA, Rafael Grossi, en un comunicado en el que precisa que el nivel del agua en el embalse "estaba a unos 16,4 metros a las 8 de la mañana" y que "si desciende por debajo de 12,7 metros ya no se podrá bombear".

No obstante, "hay varias fuentes de agua alternativas", aseguró Grossi.

El Derecho Internacional protege las presas

El Derecho Internacional contempla una especial protección para infraestructuras hidrológicas como presas, tanto por su especial relevancia para suministros básicos como por el riesgo que su destrucción puede suponer para zonas aledañas. Destruirlas, por tanto, puede constituir un crimen de guerra.