Las fuerzas armadas rusas repelieron hoy siete ataques de las brigadas 80 y 82 del Ejército ucraniano en la región fronteriza de Kursk, intensificando los combates en una zona clave para la seguridad energética de Europa.
Las autoridades rusas han reconocido este lunes que el Ejército de Ucrania controla ya 28 localidades en Kursk. El gobernador de la región, Alexei Smirnov, ha tildado la situación militar de "difícil", ha explicado que en estas localidades viven unas 2.000 personas de las ha lamentado "no conocer" su destino, y ha cifrado el número de evacuados en 120.000 a causa de los combates.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los enfrentamientos tuvieron lugar en localidades cercanas a la ciudad de Sudzha, un punto estratégico debido a su gasómetro que suministra gas a la Unión Europea.
El Ministerio de Defensa informó que las unidades de la agrupación militar Séver (Norte), con apoyo de aviación, drones y artillería, lograron frenar los avances ucranianos, destruyendo un tanque, ocho vehículos blindados Bradley y otros 30 vehículos. Además, la artillería y la aviación rusa bombardearon concentraciones de tropas y equipamiento ucraniano en nueve distritos, incluyendo Sudzha.
El presidente ruso, Vladímir Putin, se pronunció sobre la incursión ucraniana en Kursk, afirmando que uno de los objetivos de Kiev es frenar la ofensiva rusa en el Donbás. Durante una reunión transmitida por la televisión estatal, Putin sostuvo que la ofensiva ucraniana también busca fortalecer la posición de Kiev en posibles futuras negociaciones de paz, aunque descartó cualquier diálogo mientras continúen los ataques "indiscriminados" contra civiles.
"Rusia dará una respuesta firme a estas acciones", ha declarado Putin, reafirmando que el ritmo de las operaciones ofensivas rusas "va en aumento" y que las fuerzas armadas rusas avanzan a lo largo de toda la línea del frente.
El alcance de la ofensiva de Ucrania: 12 muertos y 121 heridos
El impacto de la incursión ucraniana en Kursk ha sido significativo, con el gobernador interino de la región, Alexéi Smirnov, informando de al menos doce muertos y 121 heridos, entre ellos diez niños.
Rusia combate por séptimo día consecutivo a las tropas ucranianas que irrumpieron en Kursk, la situación ha obligado a evacuar a más de 120.000 personas de la ciudad y otras zonas fronterizas.
Putin advirtió que el enemigo continuará intentando desestabilizar la situación en las fronteras rusas, particularmente en las regiones de Briansk y Bélgorod, donde se ha declarado el estado de alerta por terrorismo. Reiteró que el principal objetivo de Rusia es "expulsar al enemigo" y garantizar la seguridad en la frontera estatal.
Rusia avanza en Donetsk
Asimismo, las Fuerzas Armadas de Rusia han anunciado este lunes la toma de la pequeña localidad de Lisichne, en la región ucraniana de Donetsk, donde se incrementa la velocidad del avance ruso.
El Ministerio de Defensa ruso ha afirmado que siguen manteniendo la iniciativa en Donetsk, quebrando exitosamente las defensas enemigas" y ha anunciado que se ha hecho con "el control de varios barrios de Krasnohirivka".
"Concluye la limpieza de las fuerzas ucranianas y los nacionalistas de las localidades Ivanivka, Serguíevka, Makíevka, Kirovo, Artemovo y Zhelanne", añadió el mando ruso.
Putin descarta negociaciones con Zelenski
En paralelo, la tensión se ha exacerbado por un incendio en la central nuclear de Zaporiyia, controlada por Rusia, que Moscú atribuye a ataques con drones ucranianos. Putin ha descartado llevar a cabo negociaciones con Ucrania para poner fin a la guerra, iniciada en febrero de 2022, y ha afirmado que Kiev busca "fortalecer su posición" al respecto con la incursión de Kursk.
"¿Pero de qué tipo de negociaciones podemos siquiera hablar con personas que atacan indiscriminadamente a civiles, infraestructuras civiles o intentan crear amenazas en las instalaciones de energía nuclear?", se ha preguntado.
Zelenski, por su parte, acusó a Rusia de provocar las llamas, subrayando la fragilidad de la situación nuclear en la región.
