Rusia y Ucrania han protagonizado durante la noche un intercambio de misiles que ha dejado varias víctimas mortales en las fronteras de ambos países, la mayoría en suelo ucraniano.
Según la Fuerza Aérea, Rusia atacó durante la noche Ucrania con 147 drones iraníes Shahed, de los que 97 fueron derribados en el sur, norte, oeste y centro del país. Las regiones de Kiev, Járkov, Sumi, Cherníguiv, Odesa y Donetsk se vieron afectadas por el ataque ruso. Las mismas autoridades confirmaron la muerte de tres personas en el ataque en Kiev, una de ellas un menor de cinco años, además de numerosos heridos.
Sobre suelo ruso, las defensas antiaéreas han derribado hasta 59 drones ucranianos en la frontera sur. Los ataques procedentes desde Kiev han dejado varios desperfectos en numerosas infraestructuras, entre ellas algunas de carácter energético, y se han saldado con un fallecido.
Según el Kremlin, los drones han sido derribados en distintas posiciones próximas a la frontera sur. 29 fueron interceptados en Rostov, 20 en Ástrajan, tren en Vorónezh y Volgograd, dos en Crimea y, uno en Kursk y Sarátov.
La víctima mortal que ha dejado este ataque se ha producido en Rostov, mientras viajaba en automóvil por una carretera comercial. Como consecuencia del impacto del aparato no tripulado, el coche en el que viajaba la víctima sufrió un incendio, muriendo durante la combustión del vehículo. Además, según las autoridades de Rostov, este ataque ha afectado a numerosas infraestructuras, entre ellas, algunas energéticas.
Desde el Kremlin acusan a Kiev de violar la tregua unilateral impuesta por Putin sobre edificios que suministran energía, a lo que Ucrania responde que sólo la aceptará si esta se extiende a toda la infraestructura civil.