The New Yorker ha publicado un vídeo en su página web en el que se ven durante 12 minutos imágenes inéditas del asalto al Capitolio que tuvo lugar el pasado día 6 de enero de 2021 en Washington y que provocó que se declarase el estado de emergencia en la capital.
Baja presencia policial
Las imágenes fueron tomadas por el reportero de la revista, Luke Mogelson, y en ellas se ve cómo cientos de miles de manifestantes se encuentran reunidos frente al edificio del Capitolio, donde entran pasando ante la Policía, que estaba bajo mínimos en ese momento y se vieron superados por los seguidores de Trump.
"Esta es nuestra casa, déjennos pasar", decían los manifestantes a los agentes, para luego añadir dirigiéndose a los agentes: "Si no te retiras, te superan en número. Hay un millón de nosotros por ahí y escuchamos a Trump, tu jefe".
Gritos de "traición, traición" mientras entran en la cámara del Senado
El vídeo continúa siguiendo a través de los pasillos del Capitolio a los partidarios de Trump, que gritan "traición, traición" mientras llegan a la Cámara del Senado, que previamente fue evacuada mientras contaban los votos del Colegio Electoral que daban la victoria a Joe Biden.
En ese momento, se ve cómo los manifestantes comienzan a pasearse por los escritorios de los senadores revisando documentos y haciendo fotos de los papeles: "Tiene que haber algo aquí que podamos usar contra estos cabrones", dice uno de ellos.
"¿Ellos pueden robar elecciones, pero nosotros no podemos sentarnos aquí?"
Justo cuando los manifestantes se encuentran registrando las mesas, desde el balcón de arriba se ve a un alborotador con el torso desnudo, pieles y cuernos de búfalo, que fue identificado más tarde como Jake Angeli, el líder del asalto al Capitolio, fanático de Trump y que se hace llamar Q-Shaman.
Posteriormente, se ve cómo Angeli se sienta en la silla desde la que el vicepresidente, Mike Pence, preside el Senado y cómo un oficial del Capitolio le pide que se levante y sea respetuoso, a lo que este obedece, pero comienza una oración con un megáfono en mano, que fue seguida por los demás manifestantes que se encontraban en el salón.
Antes de eso, cuando otro miembro del asalto se sienta en la misma silla, otro de los manifestantes le espeta que deben respetar el Senado porque es una "guerra de información" y no pueden "perderla". A lo que el primero responde: "Ellos pueden robar elecciones, ¿pero nosotros no podemos venir aquí a sentarnos?".
En el asalto murieron cinco personas
El asalto al Capitolio se produjo el pasado 6 de enero de 2021 y en él fallecieron cinco personas, incluido un oficial de Policía, y decenas resultaron heridas. El FBI abrió expediente a 160 personas y detuvo a decenas de ellas.
Las protestas comenzaron después de que el presidente saliente, Donald Trump, llamase a sus seguidores a "luchar" después de que Biden y sus aliados hubiesen "robado las elecciones" en las que ganó el candidato demócrata.
Por este motivo, la Cámara de Representantes aceptó hace unos días el comienzo de un impeachment o juicio político contra el presidente republicano tras ser acusado por los demócratas de "incitación a la insurrección".
Biden tomará posesión de su cargo ante un Washington blindado
El país está en alerta máxima debido al aviso del FBI sobre "protestas armadas" en toda la nación entre el sábado y el miércoles 20, cuando Joe Biden tomará posesión de su cargo.
Las autoridades estatales han tomado medidas para cercar o asegurar los capitolios en cada estado, y confían en que ese fuerte dispositivo de seguridad disuada a los manifestantes de implicarse en cualquier acto violento.
Además, en Washington, se ha establecido un amplio perímetro que ocupa todo el centro, incluido el Capitolio, la Casa Blanca y el National Mall, que se encuentra cerrado al paso de los viandantes o vehículos y seguirá así hasta que finalice la investidura.
Al menos 10.000 militares reservistas de la Guardia Nacional están ya desplegados en la capital estadounidense, y se espera que esa cifra suba a 25.000 para la noche del martes, la víspera de la investidura.
Eso convertirá a la investidura de Biden en la que cuenta con mayor despliegue de seguridad de la historia de Estados Unidos, y los 25.000 militares que se esperan en Washington serán el quíntuple del total de 5.000 soldados desplegados ahora en Irak y Afganistán juntos.