Matteo Salvini ha decidido utilizar la Justicia como herramienta política en la semana en la que se celebran las importantes elecciones regionales en Emilia-Romaña, con las que espera desgastar al Gobierno de Roma.
Después de que su partido accediera a que sea procesado por secuestro cuando, al ser ministro, impidió el desembarco de un grupo de inmigrantes socorridos en el Mediterráneo, Salvini ha lanzado una campaña presentándose como víctima de los magistrados.
Ha pedido a sus seguidores que ayunen durante un día en solidaridad con él y asegura estar dispuesto a ir a la cárcel por defender las fronteras italianas.