Notley ha asegurado que la prioridad ahora es poder entregar carburante en el norte de la ciudad, en los campos donde se encuentran aún más de 20.000 trabajadores del sector petrolero y evacuados.
Durante las últimas horas, el avión ha sido el principal medio de transporte, ya que las llamas han dificultado los accesos por la carretera 63, aunque por esta vía han podido pasar suministros de carburantes de emergencias. Mientras, la primera ministra ha tratado de tranquilizar a los evacuados, recordándoles que los centros de refugio tienen suficientes recursos.
Por su parte, las autoridades tendrán que volver a evaluar este viernes si la carretera 63 será segura para poder evacuar a los canadienses que se encuentran en los campos del norte, y de ser así, se enviará un primer convoy de 400 vehículos que, escoltados por la Gendarmería Real, trasladará hacia el sur a los ciudadanos. Este viernes, se calcula que se podrían trasladar a 7.000 de los evacuados.
En menos de 24 horas, el incendio de Fort McMurray ha pasado de ocupar 75 kilómetros cuadrados a 850, y continúa desplazándose hacia el sudeste de la provincia. En toda la municipalidad de Wood Buffalo, a la que pertenece Fort McMurray, se ha declarado el estado de emergencia.
Según los datos ofrecidos por el Gobierno provincial, las condiciones del fuego continúan siendo extremas: a lo largo del jueves, se han iniciado un total de 18 nuevos fuegos, que se suman a los 49 focos activos, siete de ellos declarados fuera de control. En las operaciones de extinción están trabajando más de 1.100 efectivos de los Bomberos, 145 helicópteros y 22 tanques aéreos.