Marcha del orgullo gay en Seúl

Fuertes medidas de seguridad en el orgullo gay de Seúl por amenazas de grupos religiosos ultraconservadores

Decenas de miles de personas participaron en el desfile del Orgullo Gay celebrado hoy en Seúl entre un gran dispositivo de seguridad que evitó altercados con los grupos cristianos conservadores que año acuden para protestar contra el colectivo LGTB.

ondacero.es

Madrid |

Seúl celebra su desfile del Orgullo Gay entre un gran despliegue policial | EFE

Según los organizadores, unas 85.000 personas tomaron parte en el marcha, en torno a la cual un amplio cordón policial formado por varios cientos de agentes evitó que los integrantes de los grupos religiosos interrumpieran el acto.

Desde su primera edición en 2000, el desfile ha atraído a estos colectivos ultraconservadores que, armados con megáfonos y pancartas, se dedican a proferir insultos o a hacer proselitismo.

Entre estas organizaciones ultraconservadoras se encuentra la Asociación Coreana de Consejeros de Educación Sexual, famosa por sus campañas para intentar que el profesorado condene en las aulas la homosexualidad y el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Aunque la presencia de estos grupos fuera menor este año por la lluvia, el desfile volvió a ilustrar a la perfección la profunda brecha que existe en Corea del Sur entre los que exigen derechos para la comunidad LGTB, fuertemente discriminada aún en el país, y aquellos del bando ultraconservador que la demonizan.

Mientras miles de personas desfilaron al son de la música de las nueve carrozas que integraron el desfile, miembros de estas congregaciones mostraban al otro lado del cordón policial mensajes como "¡La homosexualidad es pecado! ¡Volved a Jesús!" o versículos de los evangelios.

"Es genial estar aquí. Es una buena ocasión para recordar que todos somos iguales independientemente de nuestra sexualidad", contó por su parte a Efe A-reum, surcoreana de 25 años que participó en el desfile acompañada por su amigo irlandés Luke.

Entre las carrozas participantes se contó la del Centro Coreano para los Derechos Humanos en el Ejército, asociación que ha denunciado cazas de brujas a través de las redes sociales en el estamento militar y que ha pedido un cambio en la legislación que regula las fuerzas armadas.

Aunque la Constitución surcoreana recoge explícitamente que ninguna persona debe ser discriminada con motivo de su orientación sexual, el Código Penal Militar castiga las relaciones entre personas del mismo sexo en el seno del ejército con penas de hasta un año de prisión.