Siete países reclutaron a niños soldado para luchar en las conflictos armados, según la ONU
Se conmemora este lunes el Día Internacional contra el Uso de los Niños Soldado, una lacra que afecta a unos 300.000 menores en todo el mundo. Según los datos de la ONU, en 2017, un total de siete países reclutaron a menores para las filas de sus Ejércitos, a los que se suman 56 grupos armados no estatales que también cuentan con menores en sus filas.
Matar o morir. Esa es la difícil elección a la que se enfrentan algunos de los miles de niños que en todo el mundo son enrolados por grupos armados e incluso ejércitos regulares, la mayor parte de las veces a la fuerza. Una elección que no tendrían que tomar si hubieran gozado de la atención y la protección previa que como niños requieren.
Según los últimos datos de la ONU de 2017, un total de siete países reclutaron a menores para las filas de sus Ejércitos --Afganistán, Birmania, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Yemen--. En otros 43 también se entrena a menores para el conflicto armado aunque no se les usa para este fin hasta que no cumplen la mayoría de edad. A esto se suman 56 grupos armados no estatales de varios países que también cuentan con menores en sus filas.
El trauma suele acompañar a muchos de estos menores cuando consiguen escapar o son liberados. Justin es uno de ellos. Fue enrolado por un grupo rebelde sursudanés cuando atacó su localidad el año pasado y la semana pasada fue liberado junto con otros 300 menores por dos grupos insurgentes. Según cuenta a Reuters, quemó su uniforme militar para ayudarle a olvidar los malos momentos vividos como guardaespaldas de un comandante.
"Me pasaron muchas cosas malas cuando estuve en el bosque. Si no sales y robas, no tienes nada para comer, cuando las fuerzas gubernamentales nos atacaban, huíamos durante todo el día sin nada que llevarnos a la boca", explica. "No tengo ninguna ropa que vestir, incluso estos zapatos se los robé a alguien", reconoce.
En general, los niños son raptados para usarlos tanto en el combate como para tareas logísticas y de espionaje, pero también se secuestra a niñas, en cuyo caso suelen realizar tareas domésticas como cocinar para los combatientes, pero también son usadas como esclavas sexuales u obligadas a casarse con estos, además de ser empleadas en ocasiones para el combate.
A Ngalula, de 12 años, fue una amiga la que la 'vendió' a los rebeldes en República Democrática del Congo (RDC). Según cuenta a World Vision, le pidió que fuera a caminar con ella. "No sabía a dónde íbamos", asegura, pero entonces llegaron al bosque, "donde la milicia tenía su campamento" y sospechó lo que pasaba.
"Le dije: 'No quiero unirme al movimiento; mis padres no quieren que me una'. Pero ella me dijo 'si no te unes te mataremos' y tuve miedo, así que le dije que me uniría a la milicia", recuerda.
Bakhita tenía 12 años cuando los rebeldes se la llevaron de la granja de su familia en Sudán del Sur. Ahora, dos años después, figura entre los últimos liberados, aunque la ONU estima que en el país unos 19.000 niños han sido reclutados por los distintos grupos armados activos en la guerra civil.
"No hay ninguna casa. Dormimos en una tienda de campaña. A veces por la noche, algunos soldados venían y querían violarme. Si me resistía, me golpeaban y me hacían cocinar durante una semana como castigo por negarme a dormir con ellos", relata a Reuters en medio de sollozos.