Cerca de medio centenar de cadáveres han sido localizados con signos de haber sido ejecutados recientemente en la prisión de Sednaya, a unos 30 kilómetros de Damasco y famosa por sus torturas, según advierte el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Situación de caos e incertidumbre tras el derrocamiento de Bashar Al Asad por parte de los rebeldes, que ha llevado al enviado especial de la ONU para Siria a hacer un llamamiento de paz y pedir que la prioridad para la nueva Siria sin Al Asad sea evitar que los diferentes grupos armados acaben llevando al país a una nueva guerra civil y se pierda, por lo tanto, esta oportunidad de cambio.
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, ha recordado este martes desde Ginebra que “en el apogeo de los combates había en Siria más de 1200 grupos armados distintos”. Y asegura que en ese momento, en 2011, nadie podía predecir lo que sucedería después. Eso sí, reconoce el enviado de la ONU que los mensajes del grupo rebelde responsable de la caída de Al Asad (exfilial de Al Qaeda) "son alentadores".