El SPD cosecha su peor resultado y anuncia que va a la oposición a renovarse
El Partido Socialdemócrata alemán (SPD) tuvo este domingo su peor resultado en unas elecciones generales desde 1949, con un 20,8 % según las últimas proyecciones, y anunció que vuelve a la oposición para renovarse.
El candidato socialdemócrata, Martin Schulz, reconoció la derrota en una breve comparecencia una hora después de que cerrasen los colegios electorales y habló de un día "difícil y amargo para la socialdemocracia" y una jornada "dramática".
"Hemos fallado en nuestro objetivo", reconoció Schulz, que consideró que el SPD no ha sabido "convencer" a su base electoral tradicional.
A su juicio, la "tarea" del SPD ahora es "liderar la oposición", descartando de este modo la opción de reeditar la actual gran coalición de conservadores y socialdemócratas que ha encabezado la canciller Angela Merkel, una de las dos únicas fórmulas de gobierno estable viables según las proyecciones y sondeos.
La otra opción que tiene mayoría en el nuevoBundestag (cámara baja) es un inédito tripartito a nivel federal de los conservadores con el Partido Liberal (FDP) y Los Verdes.
El candidato socialdemócrata aseguró además que cuenta con el "total respaldo" de la dirección del partido para seguir en la presidencia de la formación y dirigir su renovación.
Muchos expertos, como el politólogo de la Universidad Libre de Berlín Oskar Niedermayer, ven tras el declive del SPD varias causas, del candidato, al programa, pasando por la competencia entre partidos.
Por un lado, Merkel ha desplazado a los conservadores hacia el centro y ha llegado a defender posiciones socialdemócratas y, en el otro extremo, La Izquierda se ha consolidado, agrupando a los poscomunistas y una escisión socialdemócrata descontenta con la moderación del partido durante el gobierno de Gerhard Schröder (1998-2005).
A esto hay que sumar el trauma que aún acarrean por haber sacado adelante las reformas laborales y sociales de la llamada "Agenda 2010" y el desgaste que supone ser socio minoritario de gobierno con Merkel, lo que dificulta presentarse como alternativa con un perfil diferenciado.
Schulz, expresidente del Parlamento Europeo (PE), despertó muchas expectativas tras su nominación a principios de año y en los sondeos de intención de voto el SPD se disparó durante unas semanas hasta llegar en marzo a igualar -e incluso sobrepasar ligeramente- al bloque conservador de Merkel.
Pero luego el impulso inicial acabó desinflándose y su apuesta por la justicia social -un clásico socialdemócrata- no ha cuajado en un país creciendo a buena velocidad y con mínimos de desempleo, en el que la mayoría de los ciudadanos considera que su situación económica es no es mala.
El resultado cosechado hoy por los socialdemócratas empeora con diferencia al suelo del 23 % que habían marcado las elecciones de 2009, con el actual presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, como candidato y también saliendo de una gran coalición con Merkel.
La caída socialdemócrata comenzó tras la primera legislatura de Schröder, que en 1998 llevó al SPD de nuevo a la Cancillería tras 16 años de era Kohl con el 40,9 % de los votos.
El SPD obtuvo un 38,5 % de los sufragios en 2002, un 34,2 % en 2005 (año en el que Merkel accedió a la Cancillería) y un 23,0 % en 2009, un declive que sólo se subsanó en cierta medida en 2013, cuando alcanzaron un 25,7 % de los apoyos.
En las 19 elecciones generales que se han celebrado en Alemania desde 1949, el SPD sólo ha ganado al bloque conservador en tres ocasiones, entre las que destaca el 45,8 % que logró en 1972, con Helmut Schmidt al frente.
La caída de la socialdemocracia alemana se enmarca también dentro del declive general del centroizquierda en Europa, por una amalgama de factores que van desde la crisis financiera global a la tercera vía.
Esta pérdida de apoyos ha sido en algunos casos un dramático desplome, como es el caso del Partido Socialista francés, el Pasok griego y el partido laborista holandés.