Esta actualización aumenta en una víctima el último balance de Protección Civil, ofrecido el jueves, que cifra además a los heridos en cerca de 70, más de una decena de ellos en estado grave.
La oleada de incendios, que contabilizó el domingo y el lunes más de 700 fuegos, fue controlada el martes gracias al descenso de las temperaturas y la llegada de las precipitaciones.
La tragedia ya se ha cobrado su primera víctima política, la ministra de Administración Interna, Constança Urbano de Sousa, cuya dimisión fue anunciada el miércoles.
El Gobierno del socialista António Costa tendrá que afrontar no sólo una remodelación sino también una moción de censura del partido más a la derecha del Parlamento portugués, el CDS, que se votará el próximo martes en el Legislativo.
Para la jornada del sábado se han convocado varias manifestaciones en las principales ciudades del país, que coinciden con el día en que el Ejecutivo celebrará una reunión extraordinaria centrada en medidas para prevenir y combatir los incendios.
Ésta es la segunda tragedia forestal que vive Portugal este año, después de que el gran incendio de Pedrógão Grande dejase a mediados de junio 64 muertos y más de 250 heridos.