Magdalena Andersson, primera ministra sueca, ha anunciado este lunes que su gobierno romperá la política de no alineación a la OTAN solicitando formalmente su ingreso en la Alianza. Esta es una decisión que, según ha confirmado Andersson, cuenta con el respaldo de las principales fuerzas políticas del país justificándose en el empeoramiento de la seguridad provocado por la guerra de Ucrania.
"Hay una clara mayoría parlamentaria que respalda el ingreso. Es la mejor opción para la seguridad de Suecia", ha declarado la máxima mandataria sueca en una rueda de prensa junto a Ulf Kristersson, líder de la oposición, que ha avisado de que "a Rusia no le va a gustar que Suecia y Finlandia entren en la OTAN. Tenemos que estar preparados para unos meses complicados".
Andersson ha asegurado, además, que países como "Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania" han ofrecido a su gobierno la garantía de que se protegerá al país sueco durante el tiempo en que se ratifique el proceso de adhesión, que podría alargarse meses.
Finlandia también solicita su ingreso
El pasado domingo fueron el presidente de Finlandia, Sauli Niinisto, y la primera ministra, Sanna Marin, los que anunciaron que su país había solicitado la entrada en la Organización para el Tratado del Atlántico Norte para "maximizar" sus opciones de seguridad tras la invasión rusa de Ucrania.
El presidente explicaba que había hablado horas antes con su homólogo ruso, Vladimir Putin, para trasladarle personalmente la decisión de unirse al bloque. "La pertenencia a la OTAN no cambia la geografía. Espero y no dudo de que Rusia quiere proseguir con estas obligaciones diarias, como ha pasado con Noruega en el difícil contexto del Ártico", explicó.
Rusia amenazó hace un mes a ambos países
El pasado 14 de abril el vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev, amenazó con el despliegue de armas nucleares en el Báltico si Suecia y Finlandia ingresaban en la OTAN.
"Habrá que reforzar a la agrupación de fuerzas de tierra, la defensa antiaérea y desplegar importantes fuerzas navales en las aguas del golfo de Finlandia. En ese caso ya no se podrá hablar de un Báltico sin armas nucleares. El equilibrio debe ser restablecido. Vamos a confiar en que se imponga la sensatez de nuestros vecinos norteños. Y si no, como se dice, ellos mismos se lo han buscado", declaró entonces.