Tao es un perro Golden retriever de 11 años que vive en Inglaterra con su dueña, Melanie Jackson, que ha compartido su enternecedora historia en redes sociales.
Resulta que Tao se puso enfermo el año pasado y un glaucoma le acabó dejando ciego. Melanie muerta de pena por él, decidió buscarle otro perro para que al menos alguien le hiciera compañía sobre todo cuando ella no está en casa. Y así fue como Oko, otro Golden retriever que todavía no ha cumplido el año llegó a sus vidas.
Lo que no se esperaba Melanie es lo que ha pasado en estos meses. Resulta que esa relación de compañía que ella tenía en mente ha ido más allá y el pequeño Oko ha asumido el rol de guía de Tao, se ha convertido podríamos decir en sus ojos, sin que nadie ojo le haya enseñado a ser un perro guía. El cachorro no se separa de Tao y utiliza sus ladridos o empujones con el cuerpo para ayudarle en su día a día.