La escritora rusa Liudmila Ulítskaya, muy crítica con la política del presidente Vladímir Putin, al que considera un "hooligan", cree que la tercera guerra mundial "ya ha empezado" y dice que tuvo la certeza de ello el pasado 24 de febrero, cuando comenzó la invasión de Ucrania.
Ulítskaya (Dablekánovo, 1943), una de las escritoras de mayor alcance de la literatura rusa contemporánea, recibió recientemente en Las Palmas de Gran Canaria el Premio Formentor de las Letras por el "poderoso aliento narrativo" de su literatura, un galardón que supone para ella "un chute vitamínico" en estos momentos "de bajón" para el mundo.
En un encuentro con periodistas, la escritora, que se exilió a Berlín cuando comenzó la invasión de Ucrania después de que su hijo les dijera que tenían que marcharse, ha opinado que Putin es capaz de pulsar el "botón nuclear" pero señala que "por suerte" hay una cadena de personas entre el presidente ruso y el botón que confía que "tal vez, le paren los pies".
Contempla las escenas de los rusos que huyen de la movilización parcial decretada por Putin como algo muy doloroso: "me hace pensar muchísimo en mi familia, mis abuelos y mi madre, que se fueron de Moscú al comienzo de la Segunda Guerra Mundial y esta tremenda sensación de catástrofe mundial e incluso universal".
Putin, "un personaje con pocos talentos y poca humanidad"
Para Ulítskaya, el presidente ruso es un personaje "con pocos talentos, poca gracia, poca humanidad": "Su modo de actuar, de ser, de tratar con los demás es el mismo que utiliza un 'hooligan', un gamberro en una calle de barrio bajo por la noche". Pero no cree que las protestas que ha habido contra él tengan efecto ya que la policía secreta está "muy introducida en el poder y en la sociedad, a la que tiene agarrada por la garganta".
Subraya el paralelismo entre los años 20 del siglo XX cuando tras la revolución bolchevique de Rusia fueron expulsados "enormes masas de intelectuales y artistas" y lo que está sucediendo en la actualidad, algo que querría plasmar en una obra literaria.
La escritora ha expresado su gran tristeza por el hecho de que un ucraniano no haya querido participar en el encuentro de traductores que se celebra en Las Palmas dentro de las Conversaciones Literarias de Formentor debido a que se le entrega el premio a ella, una rusa: "la política forma parte de la cultura y no al revés". Y ha confiado en que "la comprensión de quién es quien vencerá estos sentimientos y cambiará la situación".
Autora de quince novelas, cuentos para niños y obras de teatro traducidos en más de 15 países y con más de 4.500.000 lectores, no descarta que sus obras puedan ser prohibidas en Rusia, pero dice que no le preocupa lo más mínimo ya que en su juventud todos los libros que leía lo estaban "y cuanto más prohibidos eran más atractivos" se hacían.
Su nombre ha sonado en varias ocasiones como candidata al Premio Nobel de Literatura, pero está absolutamente convencida de que no lo va a recibir. "Además tengo la convicción desde hace mucho tiempo de que el segundo puesto es mucho mejor que el primero", dice entre risas.
"El Quijote" fue el primer libro para adultos que leyó, sólo con 6 años, una edición académica de su abuela: "No sé lo que entendía pero viví un año con ese libro", rememora la escritora, que recuerda también cómo la literatura latinoamericana causó en Rusia una "explosión tremenda" en los años 70 y 80, de tal forma que supuso el descubrimiento de las letras mundiales a través de las traducciones del español.
Liudmila Ulítskaya confiesa también tener una relación "muy difícil" con el concepto de feminismo y explica que nunca ha tenido un problema por su sexo: "Casi siempre he triunfado y cuando no conseguía lo que quería nunca he pensado que era porque yo era mujer", indica.
Además viene de una familia de mujeres "fuertes y poderosas", como su abuela, que sacó adelante a la familia ella sola durante los 17 años que su abuelo estuvo en campos de concentración: "Mujeres valientes, fuertes, independientes que he tenido delante de mis ojos y que me han influido muchísimo. La calidad de las mujeres rusas supera la de los hombres rusos", sentencia.