Denuncia palizas, privación del sueño y acceso a agua

El testimonio de un abogado torturado por la policía sacude el Estado de Derecho chino

Xie Yang, abogado defensor de los derechos humanos en China, ha conmocionado la opinión pública con el relato de las torturas que recibió en una centro de detención chino.

ondacero.es

Madrid |

Policía china (archivo) | Pixabay

Más de 30 horas sin dormir, sediento y colgado de una silla bajo la amenaza de ser apaleado si se movía mientras le echaban humo de tabaco en la cara. Es parte del relato del abogado Xie Yang sobre su paso por un centro de detención secreto en China, un duro testimonio que ha movilizado a su colectivo contra la policía.

Xie fue detenido el 11 de julio de 2015 y aún está a la espera de juicio. Antes de ser arrestado oficialmente, pasó seis meses en una ubicación sin determinar, sujeto a constantes interrogatorios y abusos psíquicos y físicos, según denuncia ahora a través de los abogados que le han podido ver una vez que ha sido trasladado a un centro de detención regular.

Su relato, que publica por extractos la página web chinachange.org, habla de maltrato en una ubicación que sólo conocen los agentes y en la que no hay controles; y aporta numerosos detalles sobre las prácticas de la policía así como sus "supuestos nombres".

"Es casi la primera vez que vemos un testimonio tan completo", destaca la directora ejecutiva del grupo China Human Rights Lawyers Concern Group (CHRLCG), Kit Chan, quien confirmó que hasta ahora 74 letrados del país han acordado ayudar a interponer una denuncia contra las autoridades supuestamente responsables de los abusos.

Según la ley china, los agentes pueden mantener a una persona en un lugar sin precisar durante seis meses y no permitirle ver o hablar con un abogado o su familia si ello puede obstruir la investigación o poner en peligro la seguridad del Estado, una controvertida medida que grupos como CHRLCG critican duramente y aseguran que da lugar a torturas.

"No creas que vas a salir de aquí como abogado. Vas a acabar paralítico", amenazaron los agentes al letrado Xie Yang, según su testimonio, en uno de sus interrogatorios, en los que se sintió aterrorizado.

Según el relato, Xie era vigilado por turnos las veinticuatro horas del día privándole del sueño o del acceso a agua por largos periodos de tiempo, sufriendo palizas y amenazas contra su mujer o su hija.

Xie explica que durante días le interrogaban manteniéndole más de veinte horas sentado en una "silla colgante", una especie de taburete de plástico en el que sus pies quedaban colgando y donde debía permanecer recto.

"Si te mueves, consideraremos que nos estás atacando y haremos todo lo necesario para reducirte", cuenta Xie que le advirtieron tras pedirle que escribiera una confesión en la que asegurase haber cometido un delito por la fama, el dinero o para oponerse al gobernante Partido Comunista y el socialismo.

En opinión de la directora de CHRLCG, la declaración de Xie es "única" en cuanto a la información que ofrece y confirma los temores que grupos como el suyo, en defensa de los derechos humanos, han tenido desde que cientos de abogados y activistas fueran arrestados, interrogados o "desaparecieran" (como ocurrió durante medio año con Xie) en la campaña oficial contra este colectivo que empezó en 2015.

La mayoría de ellos fueron liberados, y hasta ahora cuatro han sido sentenciados y alrededor de diez permanecen en detención.

Algunos de los abogados fueron puestos en libertad tras aparecer en medios de comunicación confesando sus supuestos crímenes, en declaraciones que ONG consideran "forzadas".

Otros han salido de la detención enfermos, como ocurre con Li Chunfu, que llegó a su casa este mes totalmente "demacrado" y "destrozado psicológicamente" tras casi un año y medio en manos de las autoridades, según han relatado familiares y amigos.

Y la oleada de arrestos no parece haber terminado. A finales de año, desapareció uno de los abogados de derechos humanos más destacados del país, Jiang Tianyong, y se teme que pueda haber sido puesto en "una ubicación sin especificar".

En una entrevista poco antes de que desapareciera, Jiang criticaba duramente esta medida: "Estás en manos de la gente que te interroga, que puede hacer lo que quiere: no dejarte dormir, no dejarte comer, pegarte... Estás bajo su control. No hay ningún tipo de protección, lo hemos experimentado".