El trágico accidente de aéreo en Washington en el que un avión comercial ha chocado con un helicóptero ha consternado a Estados Unidos.
Las autoridades han descartado que haya supervivientes entre las 64 personas que viajaban en el avión de la compañía American Eagle (60 pasajeros y 4 miembros de la tripulación) y han informado de que hasta el momento se han recuperado 28 cuerpos de las aguas del río Potomac.
La tragedia aérea más grave en décadas
Se trata del accidente aéreo más grave en EE.UU. en casi 24 años y según el secretario de Transporte, Sean Duffy, "era evitable", aunque la investigación todavía está en marcha.
El vuelo 5342 de American Eagle, aerolínea regional subsidiaria de American Airlines, procedente de Wichita (Kansas), realizaba la aproximación al aeropuerto Ronald Reagan de Washington cuando, a las 20.48 hora local del miércoles, chocó con un helicóptero militar Black Hawk en el que viajaban tres personas.
Según la federación de patinaje artístico de Estados Unidos, algunos de los pasajeros eran patinadoras y patinadores, entrenadores y familiares que habían participado en un campeonato celebrado en Wichita.
"Algo salió mal"
El secretario de Transporte aseguró que el avión realizaba una aproximación para aterrizar normal y que "algo ha salido mal", porque es normal que en esa zona helicópteros militares compartan espacio aéreo con aviones civiles.
El secretario explicó que el fuselaje del avión de American Eagle quedó invertido y ha sido hallado en tres secciones distintas en aguas de poca profundidad.
Duffy explicó que la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, en inglés) analizará los restos para esclarecer las causas del siniestro.
Anoche, cuando se produjo el accidente, las condiciones meteorológicas en Washington eran óptimas, con cielo despejado y sin fuertes vientos.
Audios de comunicaciones de radio con la torre de control muestran que los controladores avisaron al helicóptero de tráfico en su vecindad y de que estuviera pendiente del CRJ700.
El testimonio de una controladora, testigo del accidente
Una controladora aérea que fue testigo del accidente describe en un audio lo que pudo ver en el momento del siniestro. "Acabo de ver una bola de fuego", aseguraba.
"Estaba en el medio del río [Potomac]. Vi una gran bola de fuego y luego desapareció. Diría que se han estrellado a unos 800 metros de la ruta de aproximación a la pista 33" del aeropuerto, relataba la trabajadora.
En otro audio, se escucha como un controlador intenta comunicarse con el piloto del Black Hawk por radio, pero no tuvo respuesta. "PAT 25 [helicóptero] pasa detrás del CRJ [avión]", dice el hombre.