La dirigente británica llegó a la Catshuis, la residencia oficial del primer ministro en La Haya, a las 9.15 hora local (8.15 GMT), posó sonriente para la foto oficial con Rutte y ambos entraron en el edificio para mantener "un desayuno de trabajo", como lo califica el Servicio Nacional de Información de Holanda.
Por su parte, Rutte llegó a primera hora de la mañana en bicicleta a su oficina pero rechazó hacer comentarios sobre la situación a la prensa que acudió en masa a la puerta de la Catshuis a esperar a los dos dirigentes.
May anunció ayer que visitará esta semana varias capitales europeas para tratar de reabrir el diálogo sobre el acuerdo del "brexit" y obtener promesas adicionales de sus colegas de la UE sobre el acuerdo, especialmente en lo que afecta a la frontera con Irlanda.
El ministro de Exteriores holandés, Stef Blok, subrayó que cree que "todo se ha dicho ya sobre la frontera con Irlanda" pero consideró que "no se puede negar un café a nadie, y habrá que volver a escuchar a May y ver con qué propuestas llega" a La Haya.
En un informe presentado ayer, el Tribunal de Cuentas holandés advirtió de que un brexit duro podría costarle al Gobierno de La Haya unos 2.300 millones de euros en gastos extra tanto a nivel nacional como de aportaciones a la UE.
May aplazó ayer de forma indefinida la votación en la Cámara de los Comunes sobre el acuerdo, que se había estado negociando durante dos años, después de concluir que los términos actuales no iban a obtener un apoyo suficiente en el Parlamento.
Después de La Haya, May se dirigirá directamente a Berlín para reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel, antes de mantener un encuentro con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.