AFGANISTÁN

Tres años de gobierno talibán en Afganistán: Las mujeres son las principales víctimas

Los talibanes desfilan en la antigua base de Estados Unidos en Afganistán para celebrar tercer aniversario en el poder.

Miguel Ondarreta

Madrid | 15.08.2024 09:17

Hoy se cumplen tres años de la escena desesperada y caótica que se vivió en el aeropuerto de Kabul, capital de Afganistán. Miles de afganos, muchos de ellos funcionarios y soldados, intentaban huir con lo puesto del país ante el regreso de los talibanes. Una lucha por subirse a cualquier precio a alguno de los últimos aviones que iban abandonando la capital de Afganistán. Cada país se llevaba a los suyos.

Las embajadas cerraban y dejaban atrás a muchos trabajadores locales que ahora pasaban a ser vistos como colaboradores del enemigo a ojos de los fundamentalistas. Encaramados al tren de aterrizaje o al propio fuselaje de los aviones, en plena pista de despegue, muchos encontraron la muerte en esa huida condenada al fracaso.

El regreso inesperado al emirato islámico de los talibanes

El Ejército de un país que se desmoronaba ante sus propios ojos intentaba contener las estampidas dispersando a la multitud con ráfagas de disparos al aire, pero el pánico se había adueñado de todos ante el regreso inesperado al emirato islámico de los talibanes, el mismo que se había derrumbado dos décadas atrás a manos de la coalición internacional que lideró Estados Unidos como respuesta a los atentados contra las Torres Gemelas.

Durante varios días la única esperanza para miles de ciudadanos era encontrar algún salvoconducto que les permitiera salir de Afganistán, pero ni siquiera llegar al aeropuerto era sencillo y menos aún entrar en él.

El reconocimiento de un fracaso

En apenas diez días los talibanes se hicieron con el control total del país del que Estados Unidos se había comprometido a salir, de forma ordenada, un año antes retirando a todos sus militares y al personal diplomático. Donald Trump había dado los primeros pasos hacia esa retirada. Era el reconocimiento de un fracaso.

Fue finalmente Joe Biden quien lo justificó alegando el cansancio de los estadounidenses de las guerras sin fin, vendiendo que la amenaza de Afganistán ya no era la misma y reconociendo que era imposible forjar un gobierno competente. La corrupción fue el sistema que mejor funcionó. Y cuando los talibanes avanzaron sin resistencia hasta las puertas de Kabul, el último presidente, Ashraf Ghani, huyó.

Las mujeres afganas, las principales víctimas del gobierno talibán

Tres años después ningún país miembro de Naciones Unidas ha reconocido al gobierno talibán. Y esto ha sumergido a Afganistán en una profunda pobreza. El grifo de la ayuda humanitaria se cerró prácticamente por completo. Casi un tercio de sus 45 millones de habitantes sobreviven a base de pan y té y a expensas de las remesas internacionales.

Le eliminación del Ministerio de la Mujer fue solo un síntoma de lo que estaba por llegar. En tres años se han promulgado medio centenar de edictos para relegar su papel en la sociedad: a las niñas de más de 12 años se les ha prohibido seguir estudiando. Las mujeres no tienen acceso a parques públicos, ni se les permite participar en actividades deportivas, ni realizar ningún trabajo fuera del hogar.

Es más, tienen que ir acompañadas por hombres de su familia para desplazamientos de más de 12 kilómetros de su residencia; ni siquiera tienen acceso a una cuenta bancaria y se las ha arrancado por completo de cualquier responsabilidad en el poder judicial: han desaparecido las mujeres juristas de los tribunales.

A cambio de esa pérdida de derechos para toda la población, los talibanes venden seguridad en las calles y una reducción de la violencia.

"Liberen a las mujeres afganas"

Para celebrar su aniversario en el poder han organizado un desfile militar en la antigua base estadounidense de Bagram. Una hora de exhibición con camiones, helicópteros, lanzacohetes y blindados de origen soviético pero también americanos recuperados en su conquista relámpago de 2021.

Aquel verano en el que una joven atleta de 18 años de nombre Manizha Talash decidió huir del país. La semana pasada la conocimos cuando desplegó una capa en la competición de breaking de los Juegos Olímpicos en la que se podía leer: "Liberen a las mujeres afganas". Fue descalificada de la prueba por mostrar un slogan político, algo que no está permitido, pero su gesto ya había dado la vuelta al mundo.

Este 15 de agosto se cumplen tres años de la llegada de los fundamentalistas al poder y con buena parte de la comunidad internacional resignada a que nada vaya a cambiar en el país, donde Naciones Unidas cree ya ha echado raíces un nuevo apartheid, el que tiene a la mujer, otra vez, como principal víctima.

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