El acceso de las mujeres norteamericanas a la píldora abortiva -un derecho consolidado desde hace décadas por el movimiento feminista- puede terminar hoy.
El Tribunal Supremo de Estados Unidos, compuesto por seis jueces conservadores y tres liberales, debe decidir hoy si continúa limitando o no el acceso a la píldora abortiva, después de que un juez de Texas ultraconservador retirase este medicamento de todo el país.
El gobierno de Biden recurrió la orden judicial
La orden fue recurrida por el gobierno de Joe Biden y un tribunal de apelaciones de Luisiana estipuló que el fármaco estuviese disponible sólo hasta las primeras siete semanas de embarazo, en vez de a las diez semanas como marcaba la ley desde el año 2016.
También, se impuso que la píldora se tuviera que recoger en persona, ya no por correo, y después de tres visitas al médico en lugar de una sola.
El Departamento de Justicia de Biden elevó el caso al Supremo alegando que la restricción tendría graves consecuencias para las mujeres y para la industria farmacéutica, por lo que el alto tribunal suspendió temporalmente el fallo.
En contra de los derechos reproductivos de las mujeres
La decisión del juez Matthew Kaczmaryk en Texas sobre el uso de la píldora abortiva se enmarca en una nueva batalla legal que, según organizaciones de defensa de los Derechos Humanos, merma los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres.
La medicación para interrumpir voluntariamente el embarazo, que es el principal método utilizado a nivel nacional, ha vuelto a poner en el punto de mira el acceso al aborto tras la derogación en 2022 del fallo de 'Roe versus Wade', que reconocía este derecho.
Millones de mujeres han utilizado la mifespristona para abortar desde que la Agencia Federal de Medicinas la autorizó en el año 2000 y la mayoría de las organizaciones médicas de EEUU han concluido que es segura y efectiva.