En declaraciones a la prensa realizadas el jueves, el magnate neoyorquino autorizó a los uniformados a disparar contra los migrantes si insistían en cruzar. "Si quieren tirar piedras a nuestros agentes, nuestros agentes responderán", dijo. "Les he dicho que consideren (usar) el fusil", añadió.
No obstante, aseguró que su deseo es evitar escenas como las ocurridas en la frontera de Guatemala con México, donde los migrantes lanzaron piedras y palos a la Policía mexicana para intentar avanzar. "Espero que no haga falta", apostilló sobre el uso de fuego real.
Interrogado nuevamente este viernes sobre este punto, Trump ha corregido. "No, no dispararán", ha asegurado. "Lo que les hicieron a los militares mexicanos fue una vergüenza. Les tiraron piedras y algunos resultaron heridos. Si lo hacen con nosotros, serán detenidos. Va a haber problemas", ha indicado.
Trump ha ordenado desplegar de más de 5.000 militares en la frontera de Estados Unidos con México y ha avisado de que podrían llegar a 15.000. El Pentágono ya ha identificado a 7.000 efectivos que podría movilizar de forma inmediata si el presidente lo ordenara.
El portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Joel Millman, ha aprovechado la rueda de prensa de este viernes en Ginebra para enviar un inusual mensaje a Trump: "Las fronteras militarizadas no suelen disuadir a los que intentan cruzarlas".
Además, Millman ha pedido no usar la palabra "invasión" para referirse a la caravana porque, aunque es más multitudinaria que las anteriores, "no es un evento nuevo". "Llevan ocurriendo diez años o más", ha comentado sobre los flujos migratorios desde Centroamérica a Estados Unidos.
Por su parte, el portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Babar Baloch, que ha estado presente en la misma rueda de prensa, ha hecho "un llamamiento a la Humanidad, a alejar estas cosas de la discusión política".
Este recrudecimiento del discurso migratorio coincide con la campaña para las elecciones parlamentarias que se celebrarán el próximo martes en Estados Unidos, en las que los republicano se juegan su hegemonía en el Congreso y que servirán además para medir la popularidad de Trump en el ecuador de su mandato.