Trump ha reafirmado sus amenazas al régimen de Kim Jong-un en unas declaraciones previas a una reunión de seguridad con su vicepresidente, Mike Pence, su asesor de seguridad nacional, H.R. McMaster, y su jefe de gabinete, John Kelly.
El pasado martes, Trump aseguró que si Corea del Norte seguía con sus provocaciones se enfrentaría a "fuego y furia como no se ha visto nunca antes", algo que llevó a Pyongyang a amenazar con un ataque contra la isla de Guam, territorio estadounidense con una importante base naval en el Pacífico Occidental.
Trump mantiene su dura postura al asegurar que si Corea del Norte lanzara un ataque el régimen de Pyongyang "debería estar muy muy nervioso. Les van a pasar cosas que no han visto nunca".
No obstante, el presidente estadounidense ha dejado abierta la puerta de la diplomacia, pero también ha dicho que durante 25 años los intentos de dialogar con el régimen comunista de Pyongyang han fallado y "alguien tiene que hacer algo".
Con el vicepresidente Pence a su izquierda, antes de reunirse en su retiro de vacaciones de Bedminster (Nueva Jersey), Trump ha asegurado que tiene el apoyo del "cien por cien de las Fuerzas Armadas" y de otros líderes mundiales.
Trump se ha mostrado agradecido a China y Rusia, tradicionales aliados de Pyongyang, por votar el fin de semana pasado a favor de nuevas sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU por los dos ensayos norcoreanos con misiles intercontinentales de julio.
El presidente no ha querido revelar o comentar sobre la posibilidad de llevar a cabo un ataque preventivo contra Corea del Norte, que dijo que ultima planes para lanzar dos misiles de medio alcance dentro de la zona económica exclusiva frente a las costas de Guam.