"Me divorcié hace dos años. Bebía. Y no tenía con quién hablar, así que llamé a la Policía", ha declarado el acusado en respuesta a la Fiscalía, que lo acusa de intentar "evitar que un funcionario público cumpla con su deber" al ocupar la línea de emergencia.
La acusación pide cinco años de cárcel, según informa hoy el diario Sabah. El acusado, residente en la ciudad de Estambul, llamó 45.210 veces a la Policía entre el 15 de mayo de 2017 y el 15 de mayo de 2018 sin interponer en ninguna de las llamadas un queja o denuncia.