"La relaciones entre Turquía y la UE tienen que continuar con una mente abierta y de forma objetiva", declaró Ömer Çelik, el ministro turco para la Unión Europea, quien acusó al club comunitario de mantener una actitud hostil hacia Recep Tayyip Erdogan, el presidente y auténtico hombre fuerte del país.
Çelik dijo que Turquía no puede seguir aceptando este lenguaje de la Unión Europea. "Es una UE reaccionaria y cerrada en sí misma", denunció al pedir que se celebre una cumbre para tratar estos asuntos. "Si tiene que haber progreso, tenemos que sentarnos a la mesa y hablar", afirmó.
El ministro dudó de que esa cita pueda tener lugar antes del próximo mes de junio. Çelik ya había declarado del pasado viernes que las relaciones de Turquía con el club comunitario estaban en su punto más bajo y que para salir de esa situación era preciso celebrar una cumbre.
El ministro aseguró que la consulta del domingo se celebró con una "extrema madurez democrática" y negó que haya habido anormalidades, como denuncia parte de la oposición y la misión internacional de observadores.
"Ellos (Europa) se involucran con un ala política, y si no consiguen los resultados que quieren, entonces enumeran muchas anormalidades que no habría si hubiera ganado su parte", declaró.
Celik rechazó la evaluación formulada por los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y la exigencia de la Comisión Europea para que Turquía lleve a cabo "investigaciones transparentes" sobre esas supuestas irregularidades.