El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) dijo este martes haber desbaratado un plan del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) para asesinar al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y a los jefes de la inteligencia militar ucraniana (GUR), Kirilo Budánov, y del propio SBU, Vasil Maliuk.
“La red, cuyas actividades estaban supervisadas por el FSB desde Moscú, incluía a dos coroneles de la Seguridad de la Administración del Estado (de Ucrania) que pasaban información secreta a la Federación Rusa”, explicó el SBU en un comunicado.
La Seguridad de la Administración del Estado es el órgano encargado de proporcionar seguridad a los dirigentes ucranianos. Los dos coroneles han sido detenidos en la operación, según ha informado la Fiscalía ucraniana, por delitos de alta traición y terrorismo.
Uno de los dos detenidos recibió del FSB dos drones FPV y munición con los que terceras personas debían ejecutar atentados contra los dirigentes ucranianos seleccionados, según la Fiscalía.
Según el SBU, este coronel llevó personalmente a Kiev los drones, así como munición para el lanzacohetes soviético RPG-7 y minas antipersona MON-90, también de fabricación soviética. El detenido había recibido este material en otra región de Ucrania, según el SBU, que ha difundido supuestas conversaciones mantenidas con su enlace en el FSB.
“El enemigo estaba desarrollando activamente planes para eliminar al presidente Volodímir Zelenski”, se lee en el comunicado.
Una de las tareas de la red era, según el SBU, reclutar entre los militares encargados de la protección del presidente “ejecutores” que pudieran “hacerlo rehén y después matarlo”. Además de los drones citados, el FSB ruso planeaba utilizar misiles en los ataques.
“El enemigo planeaba eliminar” asimismo “al jefe del SBU, Vasil Maliuk, al jefe del GUR, Kirilo Budánov, y a otros funcionarios de alto rango” ucranianos, agrega el comunicado del servicio secreto ucraniano, que afirma que la liquidación de Budánov estaba prevista para “antes de Pascua” (Ucrania celebró el pasado domingo la Pascua ortodoxa).
Según Maliuk, “el ataque terrorista” debía ser “un regalo para (el presidente ruso Vladímir) Putin antes de su toma de posesión”, que ha tenido lugar hoy en Moscú.