El partido ultraderechista Liga, del actual vicepresidente del Gobierno italiano, Matteo Salvini, ha propuesto acabar con la obligatoriedad de vacunar a los niños, lo que ha suscitado este domingo la controversia política.
La propuesta se incluye una enmienda presentada por el senador Claudio Borghi a un proyecto de ley con medidas urgentes para la reducción de las listas de espera en los hospitales, actualmente en fase de tramitación parlamentaria en la Cámara Alta.
En Italia un decreto de 2017, de la entonces ministra de Sanidad, la progresista Beatrice Lorenzin, obliga a vacunar contra 12 enfermedades, como el tétanos, varicela, sarampión o la difteria, a los niños entre 0 y 16 años y menores extranjeros no acompañados.
En concreto, esas inyecciones son necesarias para la admisión en las guarderías y en las escuelas infantiles (de 0 a 6 años) pero no en la primaria y otros grados escolares superiores, aunque se ofrece a los jóvenes la posibilidad de vacunarse.
La enmienda de la Liga propone cambiarlo eliminando la palabra "obligatoria" por "recomendado", alegando que atenta contra la Constitución, que en su artículo 32 determina que "nadie puede ser obligado a un determinado tratamiento sanitario si no es por ley".
El senador Borghi, dado el revuelo generado por la idea, explicó hoy en sus redes sociales que la suya no es una propuesta "antivacunas", porque no quiere acabar con ellas, sino que aspira solo a abolir su obligatoriedad.
"Hay una amplia literatura científica según la cual la obligación lleva al rechazo de la vacuna y genera el efecto contrario a una alta cobertura. Imaginad a un padre que tiene que poner a su niño 12 vacunas juntas. Es posible que sienta rechazo", cuestionó.
Y se defendió: "Quien define esta idea mía como una locura anticientífica tiene un pequeño problema: en Europa solo nosotros y Francia tienen esa obligación. El resto no y les va mejor".
La idea ha sido también acogida con frialdad por los socios del Gobierno de la Liga: el portavoz de los senadores de la conservadora Forza Italia, Maurizio Gasparri, ha llamado a "no ceder a las sugestiones antivacunas" porque "las vacunas son útiles".
Desde los Hermanos de Italia de la primera ministra, Giorgia Meloni, el ministro de Agricultura, Francesco Lollobrigida, evitó pronunciarse sobre la cuestión ante la pregunta de los periodistas y les pidió preguntar "como mínimo" a su colega de Sanidad.
Desde la oposición, la principal oposición, el Partido Demócrata (centroizquierda) denunció lo que ve como un intento de "retroceso dramático en la prevención para seguir teorías antientíficas", en palabras de la responsable de la Comisión de Sanidad en el Snado, Ylenia Zambito.
El líder de Más Europa, Riccardo Magi, destacó que esta idea además va contra los más vulnerables porque, a su parecer, minaría la inmunidad de rebaño.