El cirujano le dijo que le iban a operar de una lagrima que le había salido al oso en la axila. Lo que nunca se imaginó el doctor Mcneely es que todo el equipo médico se iba a implicar. "No fue solo cosa mía, todo el equipo medico se involucró, las enfermeras prepararon la mesa de operaciones, trajeron instrumental y hasta le pusimos una máscara para el oxigeno", declara el médico emocionado. Las dos operaciones, la de Jackson y la de su osito han sido un éxito y ambos se recuperan juntos, en la misma cama del Hospital.