El pacto, que fue aprobado de forma provisional por el juez Charles Breyer en julio pasado, obligará a VW a pagar alrededor de 15.000 millones de dólares a los propietarios, así como a establecer dos fondos para paliar los efectos de las emisiones nocivas de unos 475.000 vehículos.
Tras el anuncio del acuerdo, VW emitió un comunicado en el que el presidente del Grupo en Estados Unidos, Hinrich Woebcken, confirmó la resolución de Breyer.
La aprobación "es un importante hito en nuestro viaje para hacer lo correcto en Estados Unidos", aseguró.
Woebcken añadió que aprecia "los esfuerzos de todas las partes involucradas en el proceso. Volkswagen está comprometida a asegurar que ahora el programa es ejecutado tan perfectamente como sea posible".