Val Thorens -la estación de esquí más alta de Europa- con picos por encima de los 3.500 metros de altitud, forma parte del dominio esquiable más grande del mundo con 600 kilómetros de pistas conectadas por remontes mecánicos: Los 3 Valles.
Aunque los mercados del norte de Europa sean especialmente importantes para Val Thorens, como reconoce el director general de la estación Eric Bonnel, “el turismo español es clave en el puente de la Inmaculada, en Navidad, en la semana de Reyes y en Semana Santa”. “La garantía de nieve y los alojamientos a pie de pista son las principales motivaciones de los esquiadores españoles que llegan a esta estación de los Alpes franceses”, añade Bonnell. Y es que en Val Thorens la nieve es prácticamente eterna. Su situación privilegiada hace que sea la primera estación en abrir del continente y la última en cerrar (al menos 6 meses de nieve).
Entre las novedades este año: un telecabina de 10 plazas, que sube a 7 metros por segundo y que tiene capacidad para llevar a la cima a 3.500 personas cada hora. En Val Thorens además hay un fun park, numerosas piscinas y espacio wellness en Le Board, bolera, un circuito de conducción sobre hielo, la tirolina más alta de Francia a más de 3.000 metros de altitud y a una velocidad que oscila entre los 60 y los 100 kilómetros por hora, la pista de trineo más larga de Francia con 6 kilómetros de descenso, la vinoteca más alta del continente y también una enorme pista de hielo que ha albergado a mediados de diciembre la Copa del Mundo de Ice Cross 2024.