Las autoridades de Egipto han anunciado la detención de un médico retirado y varios familiares de una niña que murió a causa de las complicaciones surgidas tras ser sometida a una ablación en la localidad de Assiut (centro). El fiscal general del país, Hamada el Saui, ha indicado que entre los detenidos figuran el padre, la madre y el tío de la niña, de doce años, identificada como Nada Hasán Abdelmaqsud.
Las investigaciones revelan que estos familiares acompañaron a la niña a la operación, que fue llevada a cabo por un médico ya retirado, tal y como ha recogido el diario local 'Al Ahram'.
"La Fiscalía General afirma que tratará con absoluta firmeza a los acusados de cometer un crimen tan atroz", ha recalcado el Saui en su comunicado. La mutilación genital femenina está ilegalizada en Egipto desde 2008, con penas de entre cinco y siete años de cárcel para los involucrados si la intervención provoca la muerte o una discapacidad a la víctima.
Según datos del Sondeo de Salud Demográfica de Egipto en 2014, el 92,3% de las mujeres casadas de entre 15 y 49 años habían sometidas a la mutilación genital. El Ministerio de Sanidad egipcio indicó en 2018 que el porcentaje de las ablaciones entre las adolescentes de entre 15 y 17 años había pasado del 74% en 2008 al 61% en 2014.
Un informe publicado en septiembre de 2018 denunció que millones de niñas en África están en riesgo de mutilación genital femenina debido a que sus gobiernos no aplican las leyes que prohíben esta práctica, condenada internacionalmente. Muchas comunidades que llevan a cabo esta práctica la consideran crucial para el estatus social de las mujeres y como un requisito para su matrimonio, si bien el ritual causa graves daños físicos y psicológicos.
Los autores del informe calculan que 55 millones de niñas menores de 15 años en África han sido sometidas a la ablación o están en riesgo de serlo. La mitad viven en tres países, Egipto, Etiopía y Nigeria, que ya han prohibido la práctica.
Asimismo, destacan que únicamente dos países, Kenia y Uganda, tienen una legislación robusta, al tiempo que alertan de que la mayoría de las legislaciones nacionales no hacen frente a la tendencia creciente de que profesionales médicos lleven a cabo la ablación.